Podría bien pasar aún algunos siglos antes de que nuestra gente esté penetrada de bastante espíritu y cultura para que se pueda decir ellos que ya hace mucho tiempo que fueron Bárbaros.

(Goethe - citado por E. Ludwig en Historia de Alemania, p.283)


La derrota abre las puertas de la noche alemana. Una noche que cae a partir del 20 de mayo de 1940, lo que representa diez días solamente después de la entrada en Francia del Wehrmacht. En dicha fecha, una resolución firmada DER Oberbefelshaber del Heeres (el Comandante principal del Ejército) coloca a las empresas abandonadas por sus responsables bajo la dirección de administradores provisionales designados por los Comandantes de grupo de ejércitos. Esta medida, que prevé la liquidación o la enajenación de dichas empresas, afecta de pleno látigo los bienes judíos cuyos proprietarios huyeron legítimamente ante la amenaza nazi. Ésta se precisa el 16 de julio de 1940, cuando la aplicación del plan de germanisation de Alsacia y Lorena implica la expulsión de los residentes judíos y el decomiso de sus bienes.

Así comienza un proceso que, después de la resolución alemana del 27 de septiembre de 1940 relativa a las medidas contra los Judíos, conducirá, en 1942, a la decisión nazi de exterminar todos los Judíos de Europa. Francia herida y el soldado que, ante el enemigo, aceptó permanecer a su cabecera no son responsables de la concepción y la ejecución de tal crimen. El silencio sobre este tema, observado, durante las tres semanas del pleito de Pétain, por sus más feroces adversarios, lo prueba éloquemment[1 ]. Y, dos años más tarde, en la prisión de la isla de Yeu durante un interrogatorio apretado de alrededor las dos horas, la Comisión parlamentaria, encargada investigar sobre los acontecimientos ocurridos en Francia de 1933 a 1945, no le planteará la menor cuestión sobre la tragedia vivida por el pueblo juif.[2 ]

Ahora bien, el tiempo que pasa borra los testimonios de los protagonistas responsables del tiempo. Y "bajo la influencia de una inversión historiographique, retransmitida por los médias"[3 ], una nueva historia toma forma, según la cual "el vichysme y el nazismo, era del similar al mismo, o incluso que el primero, básicamente, era bien más culpable que el second"[4 ].

Se trata de una maniobra de subversión destinada a diabolizar al Mariscal y a descalificarlo sin llamada por la amalgama Pétain-Auschwitz. Es pues necesario responder.

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La ola de antisemitismo que afecta Alemania en 1933, a partir del acceso al poder del autor de Mein Kampf, deja el mundo indiferente. El fenómeno no es nuevo, y nulo no se imagina, incluso en las poblaciones judías de Europa, que las persecuciones y expatriaciones cuyos Judíos alemanes son víctimas pueden ser las señales precursores del innombrable. Las grandes potencias combinadas, inertes ante la ideología y el rearme del IIIè Reich, se preocupan sobre todo de los problemas que colocan la recepción de inmigrantes de una nacionalidad enemiga y que pertenece a un pueblo orgulloso de una identidad conservada durante los siglos, rechazando toda integración religiosa, a riesgo de ser demasiado a menudo víctima de múltiples formas de ségrégation.[5 ]

A su nacimiento, el partido nacionalsocialista había afirmado su política antisé. Los apartados 4 y 6 de su programa en 25 puntos, con fecha de 20 de febrero de 1920, precisan la línea:

- sólo, puede ser ciudadano un hermano de raza. Sólo, es hermano de raza el que es de sangre alemana, sin consideración de confesión. Ningún Judío puede ser un hermano de raza (apartado 4)

- el derecho a decidir la dirección y de las leyes del Estado no puede pertenecer sino a ciudadanos (punto 6)[6 ]

Cinco años más tarde, en 1925, Mein Kampf denuncian el capitalismo judéo y el comunismo judéo a los cuales asigna la responsabilidad de la Gran Guerra y la derrota alemana: "Algunos Judíos escriben todo lo que, en todo el mundo, se imprime contra Alemania, así como, en tiempo de paz y durante la guerra, la prensa de los becarios judíos y marxistas atizó sistemáticamente el odio contra Alemania hasta que los Estados, se los, hayan renunciado a la neutralidad y, sacrificando los intereses del pueblo, hayan entrado en la coalición mundial que nos hacía el guerre"[7 ]."

El autor, Adolf Hitler, no ha olvidado sus años de guerra y, en particular, la noche del 13 al 14 de octubre de 1918, cuando, cerca de Ypres, su regimiento se sometió durante largas horas a los gases nocivos de los obuses de la artillería británica. Escribe: "Si, al principio y durante la guerra, había tenido una única vez doce o quince miles de estos Hebreos, corruptores del pueblo, bajo los gases envenenados que cientos de millares de nuestros mejores trabajadores alemanes de todo origen y todas las profesiones debieron aguantar sobre el frente, el sacrificio de millares de hombres no había sido inútil." Al contrario, si se hubiera deshecho a tiempo de este aproximadamente doce mil de coquins, se habría salvado quizá la existencia de un millón de órdenes y valientes Alemanas llenas de avenir"[8 ].

Los discípulos de Freud encontrarán en este texto el origen de la "solución final". Los historiadores observarán que los gas de combate se emplearon, por primera vez, en abril de 1915, por el ejército alemán, precisamente a Ypres donde el propio cabo Hitler será víctima, tres años más tarde. Simple y justa vuelta de las cosas.

A su feroz antisemitismo, el jefe nazi asocia su odio para la Francia victoriosa que impuso un tratado de paz cuyo rigor es el principal fermento del nacionalsocialismo: "El papel que Francia, aguijoneada por la sed de venganza y sistemáticamente guiada por los Judíos, mejilla hoy en Europa, es un pecado contra la existencia de la humanidad blanca y desencadenará un día contra este pueblo todos los espíritus vengadores de una generación que habrá reconocido en la contaminación de las razas el pecado hereditario del humanité" [9 ] "

A partir del acceso de Hitler al poder, el decreto de 7 de abril de 1933 despide a los funcionarios "de ascendencia no aria", y un texto de 11 de abril de 1933 define ésta a partir del criterio de la religión judaïque. Raul Hilberg escribe a este respecto: "los nazis se preocupaban muy poco de la" nariz judía ";" lo que los preocupaba, era "la influencia juive"[10 ]." Estas disposiciones son confirmadas por la ley sobre la ciudadanía de 15 de septiembre de 1935 y su Reglamento de aplicación de 14 de noviembre 1935.[11 ]

En paralelo a las medidas discriminatorias, el Reich nazi se dedica a expulsar a los 520.000 Judíos que viven, en 1933, dentro de sus fronteras. A principios de 1938, a raíz de la emigración, esta población se redujo. Aumenta notablemente, con la anexión de Austria, en marzo de 1938. pero los países occidentales son en adelante reservados y se niegan a recibir a nuevos refugiados. El Gobierno federal suizo hace conocer, el 10 de agosto de 1938, que Suiza se opone con determinación al judaïsation del país;a partir del 5 de octubre de 1938, los pasaportes de los Judíos se tapan de un gran J a la tinta roja con el fin de definirlos sin ambiguïté[12 ]. En diciembre de 1938, Georges Bonnet, Ministro de Asuntos Exteriores, informa a Ribbentrop que Francia no desea acoger más a Judíos que vienen de Alemania; hasta piensa enviar a 10.000 Judíos a Madagascar[13 ]. Según Raymond Aron, los propios Judíos franceses habían reaccionado vivamente a la llegada en la Francia, después de 1933, de los Judíos alemanes; "eran boches"[14 ]." Hablando de los Judíos extranjeros, Marc Bloch no dudará en escribir, en 1941: "Su causa no es la nuestra exactamente." Tenemos el derecho a decirlo puesto que es vrai"[15 ].

Menos de 10 días después de la invasión de Francia, Alemania decreta su primera medida que se destina a los Judíos. La resolución del 20 de mayo de 1940, aplicable en los territorios ocupados de Francia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos, prescribe la designación por "los grupos de ejércitos o las autoridades designadas por ellos" de administradores provisionales a la cabeza de las empresas abandonadas por sus jefes responsables.

Ante la amenaza que constituye esta disposición de carácter general que afecta más concretamente a las empresas judías abandonadas por sus dirigentes, el Gobierno francés crea, mediante la ley de 16 de agosto de 1940, Comités de organización para la industria y el comercio que, a la gran furia de los Alemanes, interpone al Estado entre el inquilino y las empresas. Luego, mediante la ley de 10 de septiembre de 1940, el propio Estado francés afirma su derecho a designar a los administradores provisionales de las empresas privadas de sus dirigentes.

Aplicables en zona libre como en zona ocupada, estas medidas se refieren a una mayoría de empresas cuyos proprietarios judíos dejaron la zona ocupada o que, más tarde, cesará sus actividades en zona libre, o voluntariamente o en ejecución de las exclusiones profesionales decididas por la ley del 2 de junio 1941[16 ].

El régimen de la administración provisional se extendía a los edificios, a excepción de los locales sirviendo a la vivienda personal de los Judíos. En caso de venta de un bien, la ley estipulaba que el producto de la liquidación se pagaba a la cuenta del proprietario judía, a la Caja de depósitos y consignaciones, donde llevaría interés. Se pagaba un décimo de la suma a la misma caja para constituir un fondo de solidaridad destinado a ayudar a los Judíos necesitado. Había pues, en caso de venta, una transmutación donde se convertían bienes muebles e inmobiliarios en efectivo cuyo Estado garantizaba la propiedad al Juifs[17 ].

En realidad, ninguna empresa se vendió en zona libre donde se había nombrado a 825 administradores provisionales. En la zona Septentrional, sobre 29.831 empresas contabilizadas (12.396 edificios) se liquidaron 7.340. Se vendieron a no judíos - es decir, "aryanisés" en el sentido de la terminología nazi - 7.972 empresas y 1.708 edificios. Permanecían pues en función, cuando el empleo finalizó, 14.519 administradores provisionales para las empresas (y 10.688 para los edificios). Los antiguos proprietarios reanudaron entonces posesión de sus bienes, al término de un período durante el cual los servicios franceses encargados del control de la administración provisional se habían opuesto, tanto como lo podían, a la influencia alemana sobre la economía française[18 ].

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La anterioridad absoluta de la legislación alemana sobre las disposiciones de protección tomadas por el Gobierno francés es, en el caso presente, incuestionable. Se confirma brutalmente el 16 de julio de 1940. A partir de esta fecha, y en violación del convenio de armisticio que so'lo trataba de empleo territorial y no de anexión, el germanisation de la Alsacia-Lorena se afirma. Las organizaciones nazis hacen mano-bajo sobre los bienes que pertenecen a los Judíos. Éstos se expulsan con otros Franceses culpables de un patriotismo intransigente. Los Norteafricanos son víctimas de la misma medida.

Las expulsiones se refieren, inicialmente, a más de 20.000 personas. Van a continuarse, en particular, en noviembre de 1940, por la de 70.000 Mosellans[19 ]. Sobrepasarán, en total, a 100.000 Alsacianos y De Lorena, incluidos numerosos campesinos cuyas tierras se tomarán por colonos venidos de al otro lado del Rin.Manifiestan la brutalidad y el cinismo teutones. Pero, paradójicamente, prueba que el antisemitismo del inquilino no implica aún intención criminal. El aparato nazi aplica en la Alsacia-Lorena la legislación racial del Reich hitlérien cuyo objetivo consistía entonces no en exterminar, sino en expulsar a los Judíos de Alemania. Por ello en octubre de 1940 el Gestapo desplaza en Francia no ocupada a 7.500 Judíos, en su mayoría de los Alemanes y el Autrichiens.[20 ]

Tal no es, en 1940, la recepción que Francia reserva al Alsaciano- De Lorena de toda confesión. Se trata de Francés al cual se liga al Mariscal especialmente. Su reacción se expresa, el 3 de septiembre de 1940, en una protesta transmitida a las autoridades alemanas por el general Huntziger, a Ministro de C$guerra y a jefe de la delegación francesa a la Comisión de armisticio:

Estado Mayor

N° 3335/EM

Wiesbaden, el 3 de septiembre de 1940

ASUNTO: A.S. medidas

tomadas por el Gobierno

del Reich en del départe -

ments del Bajo Rhin, de la Cumbre -

El Rin y del Mosela

Nota

para Sr. Presidente de la Comisión

alemana de Armisticio, General de la Infantería

von Stülpnagel

Mi General,

De orden de mi Gobierno, me complace transmitirles la siguiente declaración:

"Desde la entrada de las fuerzas alemanas en los departamentos de Haut-Rhin, Bajo Rhin y Mosela, las autoridades alemanas de empleo adoptaron un gran número de medidas que tienen como efecto privar la Francia de sus derechos de soberanía en estos territorios."

Entre estas medidas, el Gobierno francés so'lo quiere citar las siguientes:

1° los Prefectos, Subprefectos y Alcaldes, así como numeraron de funcionarios de origen no local o cuyas tendencias pasaban para sospechosas, se han eliminado de sus sedes respectivas.

2° Mgr Heintz, Obispo concordatario de Metz, se expulsó de su diócesis. Se expulsó a varios miembros de la clero, tanto secular como regular, también bajo el pretexto que eran de lengua o mentalidad francesa.

3° Mgr Ruch, Obispo concordatario de Estrasburgo, se vio prohibir el acceso de su diócesis y, por consiguiente, la reanudación de su Ministerio.

4° el Sr. José Bürckel se han nombrado, el 7 de agosto, gaule de Lorena, y el Sr. Robert Wagner, gaule de Alsacia. La primera de las provincias estuvo vinculada al gau C$sarre- Palatinado, y el segundo al de Baden.

5° Alsacia y Lorena se integraron en la administración civil de Alemania. La frontera y la policía aduanera se llevaron al límite occidental de estos territorios.

6° los ferrocarriles se incorporaron en la red alemana.

7° la administración de los Servicios de Correos, Telégrafos y Teléfonos fue tomada en mano por Correos alemanes que substituyen poco a poco al personal existente a su propio personal.

8° la lengua francesa se elimina tanto de la vida administrativa como del uso público.

9° los nombres de las localidades germanisés.

10° la legislación racial de Alemania se introduce en el país; al favor de esta medida, se expulsa a los Israelíes así como los de los nacionales que la autoridad alemana considera como intrusos.

11° Únicos, los Alsacianos y el De Lorena que están de acuerdo a reconocerse como de existencias alemanes se admiten a reinstalar su hogar.

12° el patrimonio de las Asociaciones de carácter político y los Judíos se afecta de confiscación, así como los bienes adquiridos posteriormente al 11 de noviembre de 1918 por los Franceses.

Nada ilustra mejor el espíritu que anima estas medidas, en ellas mismas arbitrarios, que las palabras pronunciadas públicamente el 16 de julio, en Estrasburgo, por el Sr. Robert Wagner. Describiendo la eliminación en curso de todos los elementos de existencias o nacionalidad extranjera, este alto funcionario afirmaba que la intención de Alemania era regular de una vez por todas la cuestión de Alsacia.

Una similar política, que no podría ser el hecho de órganos de empleo supeditados, equivale a una anexión disfrazada y es formalmente contraria a los compromisos suscritos por Alemania a Rethondes.

En efecto:

Es con la Francia entera, en sus fronteras del Estado de 1939, que Alemania firmó el Convenio de 22 de junio.

Es la integridad de la Francia entera que Alemania incluyó en el Convenio de Armisticio precisando que el Gobierno francés tenía el derecho a administrar los territorios ocupados y no ocupados, sin limitación territorial ninguna.

Muy de su derecho, el Gobierno francés eleva una protesta solemne contra las medidas adoptadas, en violación del Convenio de Armisticio, respecto a los departamentos alsacianos y de Lorena y de su población y que constituye una anexión de hecho de estos territorios "."

Quiere autorizar, mi General, el seguro de mi alta consideración.

Firmado: Huntziger[21 ]

Se entrega una nueva protesta del Mariscal contra las expulsiones masivas de noviembre de 1940 el 18 de noviembre de 1940 al general von Stülpnagel por el general Doyen - sucesor del general Huntziger a la Comisión de armisticio: "De orden de mi Gobierno, encargo de elevar una protesta solemne contra estas expulsiones…" Francia se encuentra colocada en presencia de un acto de fuerza… de un acto injusto… Francia no suscribió a esta transferencia de población. No puede aceptarlo. No dejará de impugnar el fundamento "."

Estas intervenciones responden a la historia falsificada que enseña que Pétain se desinteresó de la suerte de los Alsacianos-De Lorena. Se sorprenderá al lector désinformé pues de enterarse de que la protesta firmada Huntziger es una de las 112 protestas de orden général[22 ] - sin contar las intervenciones relativas a los casos particulares - que se escalonan del 6 de julio de 1940 al 20 de agosto de 1944, día de la retirada del Mariscal por el Gestapo.

Protestas recurrentes, ya que para el jefe de los que habían dado su vida o los años de su juventud con el fin de reconquistar las marchas del Este, el drama vivido por los Alsacianos y los De Lorena, de toda confesión, siguen siendo el objeto, en el mismo concepto que la suerte de los presos de guerra, de su preocupación constante. Da prueba, el 30 de noviembre de 1940, en una vibrante alocución difundida: "Francés, desde el 11 de noviembre, 70.000 De Lorena llegaron a zona libre, debiendo abandonarlo todo:" su casa, sus bienes, su pueblo, su iglesia, el cementerio donde duermen sus antepasados… Tienen muy perdido, vienen a pedir asilo a sus hermanos de Francia… Son Franceses de gran raza, al alma enérgico, al corazón audaz… Es necesario que la recepción que se les hace sea la recepción del corazón, el que se reserva a hermanos y a padres gustados "."

En estas palabras, nada contra el Alemán. Sus despreciadores aprovecharán para abrumarlo, callando al mismo tiempo sus 112 protestas escritas. , Pétain, le explicará su silencio público: "Los Alemanes son sádicos;" si yo la descontenta, machacarán a los Alsacianos. No los conocen!"[23 ].

¡El sadismo! La palabra es escasa para calificar el procedimiento machiavélique elegido por los promotores de la Resolución del 27 de septiembre de 1940 relativa a las medidas contra los Judíos. Aplicable en zona ocupada, impone en efecto a las autoridades administrativas francesas abrir "un registro especial" para inscribir las declaraciones obligatorias de los y de las que pertenecen a la religión judía o que tienen a más de dos abuelos de la misma confesión. Impone simultáneamente a los dirigentes comunidades israelíes proporcionar "las justificaciones y las documentaciones necesarias para la aplicación de la presente resolución".

Aquél que, hoy, sabe cómo las listas así hechas se utilizarán, dos años más tarde, descubren con estupor el proceso inevitable y satánico que, compromete los propios Judíos, así como la administración francesa, en la preparación de un genocidio que nadie del mundo puede entonces imaginar. Tanto más que el artículo 2 de la resolución incriminada "prohíbe a los Judíos que huyeron de la zona ocupada de darse la vuelta". Nada permite pues pensar que el régimen que expulsa a los Judíos de Alemania, Alsacia, Lorena y zona ocupada, rechazándoles toda esperanza de vuelta, exigirá un día, bajo el pretexto engañoso de crear un Estado judío en Polonia, su entrega y la sus de coreligionnaires.

En toda hipótesis, el Gobierno francés había intentado oponerse a la promulgación de la resolución alemana del 27 de septiembre de 1940 que había tenido previamente conocimiento de la carta y el espíritu. Su protesta, el 25 de septiembre de 1940, ante las autoridades de empleo da prueba:

"El general del Laurencie indica que se ha advertido por el agente de conexión del jefe de la Administración militar alemana que se adoptaran algunas medidas próximamente contra los israelíes." Según una declaración del coronel… estas medidas se referirán a los cuatro siguientes puntos:

1° a Ningún israelí no se autorizará por las autoridades alemanas a volverse de zona libre en zona ocupada;

2° los israelíes que residirán actualmente en zona ocupada hay. Se les obligará no obstante a presentarse a la policía en condiciones claramente definidas.

3° las casas comerciales y almacenes que pertenecerán a israelíes recibirán una inscripción especial, claramente aparente, indicando el no aryanisation de sus proprietarios.

4° se pondrá Toda casa comercial que pertenecerá a un israelí aún que no juntará los territorios ocupados en explotación bajo la dirección de un gerente.

"Sin abordar el fondo del problema que se encuentra así levantado por las autoridades de empleo, les indico que la decisión tomada por el general me parece llamar de nuestra parte las observaciones siguientes:"

"Las medidas que la Administración alemana proyecta aplicar superan el ejercicio de los derechos reconocidos a la Potencia ocupante en su conjunto;" tienden a crear en una parte del territorio francés un régimen de excepción y, por un acto unilateral de las Autoridades alemanas en un ámbito que depende de las solas Autoridades francesas, rompen la unidad administrativa de Francia, unidad con todo reconocida por el Convenio de armisticio.

"Es otro no que debe también atraer nuestra atención." ¿En la aplicación de las medidas en cuestión, sobre qué base las Autoridades alemanas proponen establecer la discriminación que prevén? Las características raciales, la terminología de los nombres son criterios a menudo dudosos. En cuanto a la base confesional, es difícil alegarlo en Francia donde no tiene a los individuos de declarar oficialmente la religión a la cual pertenecen, dónde el estado civil no menciona la confesión a la cual los ascendientes pertenecieron. Esta incertidumbre corre el riesgo de dar lugar a incidentes regrettables"[24 ].

Protesta inútil. La resolución alemana relativa a las medidas contra los judíos parece el 27 de septiembre de 1940 Su promulgación es contraria al Convenio de La Haya que prohíbe a la potencia ocupante legislar. El Gobierno francés no se propone dejar el a Reich introducirse en el ámbito legislativo y reglamentario del cual ha solo responsable. Tal será su actitud constante. La manifestó para la designación de los administradores provisionales, interponiéndose entre Alemanes y empresas. Decide actuar así mismo entre Alemanes y Judíos. Así se explica, sin justificarlo, la firma por el Mariscal, el 3 de octubre de 1940, del primer acto llevando estatuto de los Judíos. Decisión que contradice las protestas de 3 de septiembre de 1940 y de 25 de septiembre de 1940, las cuales se elevaban contra las medidas raciales adoptadas por el inquilino. Quién más es, al motivo no romper "la unidad administrativa" de Francia, la ley de 3 de octubre de 1940 va más allá de dichas medidas, y, en particular, los extiende a la zona libre.

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Según la ley de 3 de octubre de 1940, revisada mediante la ley de 2 de junio de 1941, es judío el que es resultante de al menos tres abuelos de religión judía, o de dos abuelos de religión judía, si él mismo es de religión judía o si su cónyuge es judío. En adelante, excluye a los Judíos - excepto derogación concedida en Consejo de Estado - de una serie de Administraciones públicas y el Parlement[25 ]. Las otras funciones públicas siguen siendo abiertas a los Judíos antiguos combatientes de 14-18 o citados en 39-40, así como a los ascendientes, mujeres y descendientes de los militares muertos para Francia. Pero ningún acceso se autoriza a las profesiones que están vinculadas en la prensa, a la radio, al cine y, generalmente, a los spectacles.[26 ]

Para las profesiones liberales, se fija un numerus clausus. Habría sido de del %, e incluso del 0,4% para las profesiones que exigían la nacionalidad francesa, si se hubiera retenido un porcentaje proporcional a la población judía que vivía en Francia, lo que representa alrededor de 330.000 almas 50% de los cuales tenían la nacionalidad francesa. Es fijado en 2% y se refiere, en particular, el Colegio de Abogados, la medicina, las oficinas públicas y ministeriales, los arquitectos, a los dentistas, a las comadronas y a los farmacéuticos. Este tipo, cinco veces superiores al porcentaje de los Judíos francés en la población francesa, pone de manifiesto que el legislador tuvo en cuenta el hecho de que se lleva a los Judíos, en su conjunto, más hacia las profesiones liberales que hacia el trabajo manual.

Para el acceso a la enseñanza superior, el porcentaje de estudiantes judíos admitidos por inscribirse cada año se eleva al 3% del personal de los estudiantes no judíos, con prioridad a los antiguos combatientes y a sus niños. Porcentaje que conviene acercar a tipos de población (0,8 y 0,4 %) anteriormente mencionados.En África el Septentrional, este porcentaje se eleva a del %, pero se revoca el decreto Crémieux, que, el 24 de octubre de 1870, había concedido la ciudadanía francesa a los Judíos de Argelia; medida que era discriminatoria respecto a los Musulmanes, y cuyo mantenimiento, después de la derrota, corría el riesgo de desencadenar movimientos incontrolables en los territorios del Magreb cuya importancia estratégica era capital. Eisenhower, él mismo, opinera en este sentido, después del desembarque de noviembre 1942[27 ].

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Así pues, la derrota cuya entera responsabilidad incumbe a los, Francés y Aliados, que perdieron la herencia de la victoria de 1918, es el catalizador de una reacción que se traduce en disposiciones inicuas. Inicuas por su carácter discriminatorio cuyas incidencias trágicas siguen siendo imprevisibles en 1940 Estas disposiciones se inscriben en un contexto general de antisemitismo cuyo resurgimiento se refuerza por la responsabilidad imputada a los rhéteurs de izquierda, y singularmente a Léon Blum, en la falta de preparación del país a las pruebas que debían el abattre[28 ]. Un Léon Blum que, según François Mauriac, "tenía una inclinación para los siens"[29 ], lo que honraba sus convicciones, pero lo volvía vulnerable a las críticas que denunciaban el carácter inasimilable del pueblo juif[30 ]." A este respecto, uno sus de coreligionnaires, Maxime Blocq-Mascart, escrito, en junio de 1942: "Era el primer Presidente del Consejo socialista y judío." Además, él que podía pasar para equivalente, se rodeó con numerosos Judíos. Se revela que este Judío so'lo tiene amigos judíos, que no tiene confianza que en Judíos. La experiencia fue dañina y prueba que la asimilación era aún incomplète"[31 ].

Fernand Braudel menciona las razones profundas: "La única cosa segura, es que el destino de Israel, su fuerza, su perpetuidad, su tormento tienen para que siguió siendo un núcleo duro que se negaba obstinadamente a diluirse…"[32 ]." Lo que una autoridad religiosa israelí expresa de una manera más gráfica: "Ponen un vaso de aceite en una barrica de agua;" el aceite permanecerá a un lado. Duplican la cantidad de agua, triplican el, decuplican el, centuplican el, el vaso de aceite se mezclará nunca al barato líquido. Esto sucede nuestro de race"[33 ]. Y los espíritus, vinculados a la tradición francesa de la asimilación, se preocupaban por una fe militante que declaraba: "Somos el pueblo santo (…) nosotros agradecemos a Jéhovah no hemosnos hecho similares al otro pueblo (…) nosotros somos el pueblo élu"[34 ]."

Sin embargo, algunos hombres políticos compartían la responsabilidad ampliamente del desastre de todas las confesiones, así como por los aparatos de los partidos cuyos juegos, sacrificando a las ambiciones personales o a ideologías utópicas, en detrimento del interés nacional, habían causado la inestabilidad y la impotencia del régimen. La decisión de descartar a estos responsables de las avenidas del poder y la función pública podía aplicarse, de acuerdo con las instituciones, por la sustitución a los puestos-clave de los hombres cuya influencia se quería limitar o neutralizar. No justificaba de legislar y, tal como ocurre con la ley sobre las congregaciones o del ostracismo sanguinario de los revolucionarios del Año I respecto a la Iglesia, a su fieles y arriba, a de privar a toda una colectividad nacional, porque era de confesión israelí, de la integridad de sus derechos cívicos; al prohibir incluso a sus miembros realizar sus deberes de Francés, deberes que numeró de ellos habían llenado con honor en la paz como en la guerra. A este respecto, cómo no citar a Marc Bloch: "Adjunto a mi patria por una tradición familiar ya larga, alimentado con su herencia espiritual y con su historia, incapaz en verdad de concebir otra dónde pueda respirar a la comodidad, me la gustó mucho y sirvió de todas mis fuerzas." No he probado nunca que mi calidad de Judío pusiera a estos sentimientos el menor obstacle"[35 ].

Se encuentra en estas palabras el espíritu de André Maurois al cual Enrique Bernstein - el autor dramático conocido - acusaba haber abandonado su patronímico de Herzog, al mismo tiempo que le acusaba su complacencia respecto al Mariscal, jefe del Estado francés. "rechazan sus orígenes judíos, habían escrito a Bernstein, si las circunstancias les vuelven a poner sobre mi camino, no me tienden la mano, ya que me negaré a apretarla". Y Maurois había respondido: "Soy judío y nunca lo he rechazado, pero soy Francés en primer lugar." En cuanto a su negativa a apretarme la mano, es la primera buena noticia que registro desde el principio del guerre"[36 ].

En sus Memorias, André Maurois informará de que su candidatura a la Academia francesa fue combatida por un académico que consideraba que la Compañía ya contaba, entre sus miembros, a un Judío: Bergson, y que eso bastaba. El mariscal Pétain entonces había intervenido para ta el opositor: "El Sr., la cuestión no está allí, la única cuestión consiste en saber si el Sr. Maurois es un buen escritor francés, y usted eso no piensan al nier"[37 ]." Observación más justa y más sincera que, en su carta de candidatura, Maurois precisaba que la había redactado "sobre el consejo del Sr. LA Mariscal Pétain"[38 ]."

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Después de la invasión de Polonia, en septiembre de 1939, son más de dos millones de Judíos polacos que caen bajo el yugo nazi. Pero las puertas de la emigración son cerradas. Las de la evacuación parecen abrirse con el "plan Madagascar": la Gran Isla se volvería, por el tratado de paz, posesión del Reich victorioso; se definiría una zona con el fin de crear una reserva judía de la que los gastos de instalación estarían cubiertos por los bienes que los deportados dejarían detrás eux.[39 ] El 17 de junio 1940, en Munich, de Hitler responden a Mussolini que le pedía lo que preveía con respecto al emire colonial francés: "Se podría crear a un Estado judío a Madagascar!"[40 ] "

Heydrich[41 ] "fue entusiasmado" por esta idea. Le permitía realizar la misión que Göring le había confiado, mediante decreto de 24 de enero de 1939, y que inicialmente se limitaba a la organización de la emigración de todos los Judíos del Reich. Misión extendida por la Directiva que recibe, el 31 de julio de 1941, del mismo Göring: "Completando las disposiciones del decreto de 24 de enero de 1939 que les encargan de aportar a la cuestión judía la solución más favorable según las circunstancias, por la emigración o la evacuación, les doy misión de adoptar todas las medidas preparatorias necesarias, que se trate de la organización, de la aplicación, de los medios materiales, para obtener una solución total de la cuestión judía en la zona de influencia alemana en Europa…" Les encargo, además que me envíe pronto un plan global… para realizar la solución final deseada de la cuestión juive"[42 ].

El objetivo que debe lograrse se precisa hacia el final del verano 1941, cuando Heydrich informa a Eichmann que el Führer pidió la exterminación física del Juifs[43 ].

Ya que, en realidad de paz victoriosa, es la guerra total que se instala. Es entonces, ante el cierre de la última vía que se ofrecía ellos "para solucionar el problema judío" por la emigración, o por la evacuación, los nazis se pronuncian de sangre fría, en los primeros días de 1942, para el genocidio. El "ghettoïsation", las deportaciones, los campos de trabajo y los de la muerte serán en adelante las etapas impuestas a los Judíos de Europa. Sobre el camino de su martirio, conocerán el hambre, el frío, la enfermedad, la angustia, la pérdida desgarradora de los seres que les es los más costosos, luego finalmente el suplicio, entre las manos de verdugos que no combaten solamente la vida, pero aún al alma de sus víctimas.

Léon Poliakov menciona esta "última ofensa", al término de una trágica secuencia que obligado los miembros de los Consejos judíos de los guetos a convertirse en "mecanismos de la maquinaria que condujo Judíos a Auschwitz o a Belzec"[44 ]." Ya que los Nazis dirigirse obligan a responsables judíos que deben ellos mismos el movimiento de oferta sus de coreligionnaires, y los jefes de los guetos se convierten en los instrumentos de su rendición.

Hilberg escribe a este respecto: "Sin cesar, suministraban Judíos para salvar a los otros Judíos (…) la víspera de las primeras deportaciones, Merin[45 ] tomó su primera decisión:" "no temeré, declaré, de sacrificar a 50.000 miembros de nuestra comunidad para salvar 50.000 otros". Durante el verano 1942, estos "otros" se alinearon para un paso en estudio masivo y la mitad enviada a Auschwitz. Tras esta deportación, Merin declaró: "tengo la impresión de ser el capitán de un barco listo para hundirse y que consiguió conducirlo a buen puerto lanzando sobre borde una gran parte de su preciosa carga". En 1943, no seguía siendo más que un punado de supervivientes. Merin fue dirigido ellos en estos términos: "Estoy en una jaula, delante de un tigre muerto de hambre y furioso." Yo borra su boca de comida, la carne de mis hermanos y mis hermanas, para mantenerlo en esta jaula, por temor que se escape y nos ponga en pièces"[46 ].

Se colocará a internados del campo de Drancy ante la misma alternativa dramática, expidiendo ellos mismos las listas para el déportation[47 ], pero ignorando el destino sus de coreligionnaires.

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Porqué citar estos hechos, tomados entre otros, si no para recordar la dimensión demoníaca de una empresa que se fijó por objetivo de destruir toda la población judía de Europa. Revelan el contexto en el cual, para proteger los Franceses judíos, las autoridades francesas - que tal como ocurre con el resto del mundo, ignoran el genocidio - van, bajo la implacable presión nazi, a ser obligadas a suministrar a la deportación los Judíos alemanes y suyo coreligionnaires extranjeros o apátridas.

La táctica del aparato nazi, al servicio de su estrategia de exterminación del pueblo judío, revela así su diabolique simplicidad: allí donde ninguna autoridad local existe y donde reina un gauleiter, a los propios a Judíos de proporcionar ellos mismos las informaciones que los suministran sin defensa sus a bourreaux[48 ]. Tal es el caso en Polonia. Tal es la situación en los Países Bajos abandonados a las manos del occupant[49 ] y dónde, el 10 de enero de 1941, un decreto gaule del Seyss-Inquart impone a los Judíos hacerse contabilizar, y somete incluso a esta obligación toda persona so'lo que tiene un abuelo judío; dificultad trágicamente eficaz que permite a la maquinaria PÁRRAFOS y de la policía hitléri de detener y desplazar 110.000 de los 140.000 Judíos que viven en Holanda. Tal fue también, y entre otras cosas, el caso de Túnez donde durante los algunos meses de su invasión - noviembre de 1942 a mayo de 1943 - los dirigentes de la comunidad judía encargaron, so pena de muerte, de realizar los órdenes nazis[50 ].

Es necesario pues reconocer, con Annie Kriegel, que el censo de los Judíos "tuvo lugar en toda Europa ocupada, con o sin mariscal". Y el historienne añade: "Es en Francia aún que la operación dio los menos buenos résultats"[51]. Resultados que no pueden apreciarse sino con relación a la locura nazi, y a la indiferencia de los aliados."

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¡La locura nazi! Mientras que el "Einsatzgruppen"[52 ] que se producía, a partir del mi41, sobre las partes del Wehrmacht, comenzaron su obra de muerte tirando a millares de Polaco y Judíos, es el 20 de enero de 1942 que se celebra la primera conferencia de la solución definitiva (Endlösung) de la cuestión judía en Europa." Bajo la protección de una "reinstalación" en los territorios ocupados del Este, la decisión se toma de desplazar millones de Judíos hacia campos cuya única salida es la muerte. Las cifras así como los testimonios y documentos de archivos están allí, que revelan la amplitud del genocidio y su inefable horreur[53 ].

Se establece que, a partir del mi42, los primeros ecos de las ejecuciones masivas cuya población judía es víctima, cruzan las fronteras de Polonia martyre[54 ]. Pero se establece no menos que ninguna difusión es dada a estos rumores por las autoridades combinadas que tenían connaissance[55 ]. Quién más es, el 27 de marzo de 1943, Americano (Cordell Hull, Sumner Welles) y Británico (Eden, Halifax et Strang), estudia, según Harry Hopkins, aconsejar del Presidente Roosevelt, la cuestión del 60 ó 70.000 Judíos que están en Bulgaria. Eden destaca que "toda la pregunta de los Judíos de Europa era muy difícil y que la propuesta de hacer sacar todos los Judíos de Bulgaria debe considerarse con la mayor prudencia." Si lo hacemos, los Judíos del mundo entero van a pedirnos hacer ofertas similares para Polonia y Alemania. Hitler podría muy tomarnos bien a la palabra y no hay simplemente bastantes barcos y medios de transporte en el mundo para desplazarlos… "[56 ].

Luego, Eden añade, a la atención de los representantes americanos, que espera que no harán "promesas demasiado extravagantes que no podrían mantenerse, a falta de bateaux"[57 ]."

Al mismo tiempo, los Británicos rechazan la oferta hecha por Eichman de intercambiar un millón de Judíos contra 10.000 camiones. A un emisario de la Agencia judía - órgano sioniste -, el Lord Moyne, Alto Comisario británico en Egipto, responde: "este millón de Judíos, lo que harán?"[58 ] ante la actitud de las autoridades británicas indiferentes al desamparo del pueblo judío, el Secretario de Estado al Tesoro de los Estados Unidos, Morgenthau, no duda en hablar de una "mezcla satánica de ambigüedad y helada frialdad (…) que equivale a una frase de mort"[59 ].

Los propios Estados Unidos no son extranjeros a un antisemitismo recurrente que se manifestó durante su historia y alcanzó un pico de 1939 a 1945. El hecho es puesto de relieve por el ejemplo de Charles A. Lindbergh, héroe de la primera travesía aérea del Atlántico, que, en septiembre de 1941, reproche a los Judíos de impulsar los Estados Unidos a entrar en la guerra contra el Allemagne[60 ]. El famoso aviador denuncia el peligro que hacen correr al país, a causa de su posición y su influencia en el cine, la prensa, la radio y el gouvernement[61 ].

No se trata allí de una opinión aislada. Un sondeo lo muestra, que preguntaba si los Judíos tenían demasiado de poder. A esta cuestión, un 36% de las respuestas eran, en 1938, afirmativos. Este porcentaje hace un salto al 58%, en 1945.

Aumento significativo que se encuentra en una investigación sobre las nacionalidades y grupos religiosos o étnicos que podrían constituir una amenaza para los Americanos. En febrero de 1942, 24% designan a los Japoneses, 18% los Alemanes, y 15% los Judíos. En junio de 1944, 24% designan a los Judíos, 9% los Japoneses, y 6% los Alemanes.

Se podrían multiplicar los ejemplos y recordar formas extremas de segregación una de las cuales causan el justo asombro de Enrique-C$la Haya, embajador de Francia en Washington, de 1940 a 1942:"… en un paso a Atlantic-City, fui estupefaciente observar que la gran gama se reservaba a los Blancos, el siguiente a los Judíos, y el tercero al Africains"[62 ]." Durante los años veinte, numerosos barrios residenciales habían estado prohibidos a los Judíos. Y en numerosos órganos colegiados y universidades privadas, se les rechazaba o admitido siguiente un porcentaje muy limitado por una norma no écrite[63 ]. Es el tiempo en que numeró de residencias de vacaciones indican "su preferencia por la clientela chrétienne"[64 ]."

El comportamiento del Gobierno sufre la presión de la opinión pública. Por ello, ante una fuerte oposición de ésta, el Presidente Roosevelt y el Congreso rechazan una propuesta destinada, en 1939, a acoger a 20.000 niños judíos europeos. En 1940, Breckinridge Largo, Subsecretario de Estado encargado de la inmigración, explica que es necesario rechazar a los inmigrantes judíos "aconsejando a nuestros consulados multiplicar los obstáculos sobre su carretera, con el fin de rechazar indefinidamente la atribución de un visa"[65 ]." Es en el mismo espíritu que la diplomacia americana se produce ante el Presidente de la República de Haití que desea acoger un centenar de refugiados judíos que vienen de Francia. El encargado de negocios americano a Haití escrito: "Los Judíos alemanes son agentes probablemente del Abwehr nazi." Podrían constituir un peligro serio para la República de Haití. El Gobierno americano no estaría muy a la comodidad si el Presidente Vincent diera curso a este plan. El Presidente finalmente me dio razón. Pero espera una compensación financiera, ya que los Judíos refugiados habrían aportado con ellos capitales importants"[66 ].

A principios del año 1943, mientras que el mundo se informa de las deportaciones masivas operadas por el aparato nazi, la Cámara de Representantes, cuya mayoría es conservadora, se niega a modificar las leyes sobre la inmigración que "se oponen a los judíos una barrera casi insuperable" escrito Nerin Gun[67 ]. Y cuando Enrique-C$la Haya, embajador de Francia en Washington, propone a Cordell Hull el transporte marítimo de millares de refugiados judíos, el Secretario de Estado americano juzga "la idea excelente pero inaplicable, debido a la imposibilidad para los Estados Unidos de admitir en su territorio un contingente tan importante de extranjeros sin que una cuota especial fue concedida por vía législative"[68 ]." Según Nerin Gun, el Departamento de Estado se habría limitado a responder: "Que los Franceses se aclaran con su Juifs"[69 ]." La puerta de los Estados Unidos permanece pues cerrada a las poblaciones europeas víctimas de las persecuciones. La idea de una admisión que so'lo sería temporal no interesa ni la Habitación ni el Senado. Además de la insuficiencia de la difusión de la información relativa a la suerte de los Judíos de Europa, David S. Wyman asigna la actitud pasiva de la sociedad americana "muy a la corriente antisemitismo" [ 70 ]

Sólo a principios del año 1944 que Enrique Morgenthau, Secretario de Estado al Tesoro, llega a convencer a Roosevelt actuar para salvar los Judíos. Éste crea entonces al Consejo de los refugiados de guerra (War refugee board), sin precisar - y esto, con el fin de evitar las controversias - que se trataba de salvar el máximo de refugiados judíos. Luego acepta la creación de un centro de recepción temporal de los refugiados judíos, con tal que éstos se instalen en la divergencia en el Estado de Nueva York de ahí se devolverían en Europa, al final de la guerra.

A pesar de su alcance limitado, estas disposiciones se impugnan vivamente, como incompatibles con la legislación existente. Se comparten las propias opiniones de la comunidad judía americana. En particular, los que consiguieron su integración temen que la afluencia de inmigrantes judíos acentúa las reacciones de rechazo cuyos efectos sufren. Actitud similar a la de los Franceses israelíes que, en Francia, antes de 1939, deseaban diferenciarse de los Alemanes judíos y temían que la inmigración judía cause resurgimientos de antisémitisme.[71 ]

Se comprende entonces la observación corrosiva de Pedro Laval a Pinckney Tuck[72 ], cuando éste le comunica sus profundas preocupaciones sobre la suerte de los niños judíos. En un mensaje de 11 de septiembre de 1942, dirigido en Washington, el encargado de negocios americano da cuenta: "en la conversación, (Laval), por dos veces, ironisé sobre el" tu de alta moralidad "adoptado por algunos Gobiernos con respecto al tratamiento en la Francia de los judíos extranjeros, destacando que dichos Gobiernos se negaban al mismo tiempo a admitir refugiados judíos dentro de sus propias fronteras." Menciona a este respecto que las únicas ofertas concretas que había recibido procedían hasta ahora de la República Dominicana que había dado su consentimiento a la admisión de 3.000 niños juifs"[73 ].

Breve así mirada hacia los Estados Unidos revela que el sentimiento de antisemitismo, que sigue siendo vivaz de 1939 a 1945 en el pueblo americano, se acompaña de la ignorancia de la suerte de las poblaciones judías de Europa. Esta ignorancia, inseparable de la indiferencia, es compartida por el Britanniques[74 ] y por el mundo civilizado. Deben recordar le y destacar le, en el momento en que la mirada se vuelve hacia Francia que el desastre de la primavera 40 hundió en la noche alemana.

¿La actitud de los grandes aliados frente a la tragedia vivida por el pueblo judío es la expresión del egoísmo nacional? ¿o la manifestación de la ignorancia de la "solución final", es decir, de la destrucción ineludible de todos los Judíos de Europa? Se puede responder afirmativamente a estas dos cuestiones, si se juzga por la declaración de Moscú, firmada en octubre de 1943, por Roosevelt, Estalin y Churchill. Esta declaración pone en guardia a los responsables del Reich: "Los Alemanes que participan en los tiroteos sistemáticos de funcionarios italianos o en la ejecución de rehenes franceses, holandeses, belgas o noruegos, o de campesinos crétois, o que participaron en las masacres infligidas al pueblo polaco o en los territorios de la Unión Soviética, cuyo enemigo ahora se barre, sabrán que se juzgarán se traerán sobre la escena de todos sus crímenes e in situ por el pueblo al cual tienen attenté"[75 ]."

¿¿_¨ç}_ Por qué, si hubieran tenido conocimiento del genocidio, el tres "Grandes" habrían omitido condenarlo en este anatema de ahí la palabra "Judía" es ausente?

La propia Suiza, además de las medidas discriminatorias que ya adoptó, en 1938, respecto a los juifs[76 ], manifiesta su ignorancia del genocidio, cuando se opone formalmente, en septiembre de 1942, a la afluencia en su territorio de extranjeros que vienen de France[77 ]. El jefe de la justicia federal y los servicios de policía declara: "No podemos transformar nuestro país en esponja de Europa y aceptar por ejemplo 80 al 90% de los réfugiés"[78 ]." Ya, en 1938, el jefe de la policía de los extranjeros, H. Rothmund, había declarado: "Los Judíos así como considere a los otros extranjeros como un peligro, en cuanto a la superpoblación extranjera." Por medidas sistemáticas y circunspectas, conseguimos evitar un enjuivement de Suiza "." Esta mentalidad se volverá el principio finalmente básico de la política restrictiva y dura adoptada frente a los refugiados durante la Segunda Guerra mondiale[79 ]. Por ello "no se admite a los Judíos que no se considera como refugiados políticos en principio." En 1942, el Consejo federal pide hasta rechazar a refugiados cuya vida estaba manifiestamente en peligro (…) el consejero federal, a a Edouard von Steiger, para disculpar esta política, encontrará una imagen poco gloriosa: "La embarcación de rescate es pleine"[80 ]."

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En realidad, el genocidio no se reveló del mundo libre hasta abril de 1945, cuando las fuerzas combinadas liberaron a los supervivientes de los campos de exterminio, y descubrió a los charniers del innombrable. Un Premio Nobel de la paz, Sean MacBride, lo certifica: "Lo que permaneció para mi fundamental, es que el genocidio más monstruoso de la historia de la humanidad pudo desarrollarse durante cinco años, en la ignorancia el más totale"[81 ]."

Ningún responsable político, ninguna autoridad intelectual - tal Einstein, entre otras cosas - previamente lo había denunciado, con el fin de alertar la opinión internacional. El famoso periodista judío, Walter Lippmann, "que trataba prácticamente de todas las principales cuestiones de actualidad, no escribió nada sobre el Holocausto" observa a David S. Wyman.[82 ] ahora bien, solamente la ignorancia puede explicar tal silencio que, en el caso contrario, había sido un crimen de complicidad con los verdugos. Cómo calificar más severamente el gesto de los que habrían ocultado deliberadamente a las víctimas el suplicio que los esperaba?[83 ]

Dwight Eisenhower, él mismo, aunque el Comandante principal de las fuerzas combinadas e informado a este respecto conjunto lo que los servicios de información conocen de importante sobre el enemigo, descubre el horror, el 12 de abril de 1945, a Ohrdruf, Kommando dependiendo de Buchenwald. Y pensando a los de los G.I. que dudaban de su cruzada en Europa, declara: "Se nos dice que el soldado americano no sabe para quien se pega." Ahora, al menos, sabrá contra que él se bat"[84 ]. Él mismo acaba de incluir el sentido humano su de mission.[85 ]

Resumidamente, y a pesar de los rumores conocidos de algunos servicios combinados, el mundo libre ignoraba la existencia de los campos de extermination[86 ]. ¿"Qué se sabía entonces de las intenciones de Hitler, como la suerte que esperaba a los deportados?" escrito René Rémond. La respuesta de A. Cohen es formal: los Judíos no sabían no, y esto, porque no se podía saber. A este respecto, la cronología corta la cuestión de manera decisiva: la "solución final" no se decidió hasta en 1942; no podía pues conocerse cuanto antes antes de la mitad de este año (…) esto fue uno de los secretos mejor guardados el guerre"[87 ].

Ciertamente, el mundo sabía, por la lectura de "Mein Kampf", el odio que Adolf Hitler llevaba al pueblo judío y a los comunistas, así como a los Franceses. Sabía que, desde 1933, campos de concentración, en los cuales la tasa de mortalidad era elevada, habían abierto sus puertas a los que rechazaba o que rechazaban el régimen nazi. Observaba el mar de los emigrantes judíos que huían de Alemania, Austria y Checoslovaquia. Había seguido los acontecimientos de la noche del 8 al 9 de noviembre de 1938, dicha "noche de cristal", cuando tras el asesinato en París de un miembro de la embajada de Alemania por un joven refugiado judío polaco, las sinagogas alemanas incendiar, rotos los escaparates de los almacenes judíos, y 30.000 Judíos internados en campos de concentración. Pero subestimaba la amplitud y la violencia de la tragedia que empollaba. A este respecto, es significativo el planteamiento de Claude Lévi-Strauss que, inmediatamente después del armisticio, pide en Vichy de los papeles para volver a entrar en París ocupada y tomar su puesto a Henri IV[88 ].

Ya que ningún observador se había imaginado que se aplicaría la "solución final", concebida y se prepararía un día de 1942 a partir de 1941 por un aréopage de lunáticos. Raymond Aron da prueba, que, en Londres de 1940 a 1944, era informado, en calidad de periodista y redactor principal del estudio "la Francia Libre", de todo lo que el mundo libre sabía: ¿"El genocidio que sabían en Londres?" ¿Los Diarios ingleses lo mencionaron? ¿Si lo tienen hecho, era hipótesis o afirmación? En la conciencia clara, mi percepción era la siguiente alrededor: los campos de concentración eran crueles, dirigidos por del gardes-chiourme reclutados no entre las políticas pero entre los criminales de derecho común; era fuerte, pero las cámaras de gas, el asesinato industrial de seres humanos, no, lo reconozco, yo no me los imaginé y, porque no podía imaginarlos, no los tengo sus"[89 ]. Ernst Jünger menciona este tema y cita en su Segundo Diario parisiense un comentario parecido en 1772 sobre el pleito de los Brinvilliers: "los grandes crímenes, lejos sospecharse, no se imaginan"

Comentando el acontecimiento, Léon Poliakov, que vivió este tiempo de desamparo en zona ocupada luego en zona libre, escrito: "Por mi parte, siempre he pensado, contrariamente a la opinión común, que Laval, que no era de ninguna manera antisé, no merece su mala reputación." Mi convicción de historiador es que en la época, en verano 1942, ignoraba, como todo el mundo en Francia, la existencia de las cámaras de gas. Se pensaba que sería una vida dura, dolorosa, pero no se pensaba en los asesinatos de enfants"[90 ]. Y en una "radioscopia", preguntado por Jacques Chancel que se asombra de este juicio y pregunta si el Mariscal era, antisé, Poliakov le responde: "No plus"[91 ]."

André Frossard no queda menos claro cuando menciona la "Barraca a los Judíos" del Fuerte Montluc, en Lyon, donde ningún, entre "los centenares de centenares" de sus compañeros de infortunios "no tenía la menor idea de la suerte que la esperaba en Alemania, y con todo había allí… de los espíritus curiosos". Ya que estos presos "se imaginaban que se enviarían en un campo de trabajo y que sería seguramente infelices, pero menos que en prisión…" también, en su embarque para el más allá desconocido, tenían "una última mirada casi que se compadecía para los yo mismo que no iban…, cuando aprendo el 12 de agosto de 1944 que se desplazaría del 16, yo acogí la noticia con una clase de alivio." Ni en prisión, ni fuera, oí un algún discurso de la "solución final" antes de la vuelta de los supervivientes y el descubrimiento del horreur"[92 ].

Jean Borotra, del cual el nombre y la prestigiosa carrera deportiva son sinónimos de honradez, vivió de lo que informa André Frossard. Escribe: "durante el verano 1942, en la época de la incursión en París de los Judíos extranjeros y apátridas, nadie, en Francia, tenía conocimiento de la" solución final ", del holocausto del pueblo judío." Se creía que los Judíos detenidos iban a ser enviados en campos de trabajos forzados dónde trabajaban en favor de la máquina de guerra alemana, así como de numerosos Judíos y no judíos ya lo hacían desde hace algunos años.Pensaba que sería mi propia suerte, cuando se desplazó a Sachsenhausen, el 30 de noviembre de 1942, y que vivo sobre el pórtico del campo "Arbeit macht frei"[93 ]."

Elie Wiesel no sabía más. En su libro la Noche, da prueba que en la primavera 1944 ningún miembro de la comunidad judía húngara, cuyo su padre era el rabino, creía a la realidad de la exterminación de los Judíos. Se sabía que había deportados pero "algunos días después de su salida, él se decía que se encontraban en Galicie donde trabajaban, que se satisfacían incluso con su suerte!". Y en una introducción a la obra The holocaust en Hungary, 40 years l, el Premio Nobel de la Paz escrito: "El 19 de marzo de 1944, Alemania ocupa Hungría." Me acuerdo, estaba la primavera (…) mientras que estábamos estudiando, algún uno vino y dice que los Alemanes acababan de llegar. Sacamos y vimos los tanques. Se pulía a los primeros Alemanes y pensamos: Bien, esto también passera"[94 ]. En realidad, dos meses más tarde, se encuentra con los nuestros a Birkenau dónde los compatriotas judíos que los precedieron se asombran de que no hayan sabido la suerte que los esperaba. Elie Wiesel reconoce, en la Noche: "Sí, lo ignorábamos." Nadie nos lo había dicho "."

¿Entonces, por qué la historia mediatizada deja oír - cuándo no lo afirma - que en el momento de las incursiones de 1942, las autoridades y la policía francesas sabían lo que no sabían siempre, en 1944, una comunidad judía de Hungría y su rabino? ¿Y por qué habla nunca de los ferroviarios que transportaban a los deportados hacia un destino del que no podían imaginar el inefable horror?

Esta ignorancia, millones de combatientes de los ejércitos combinados u organizaciones de la Resistencia lo compartían con Dwight Eisenhower. Albert Chambon, antiguo Embajador de Francia, que se desplazó a Buchenwald para hechos de Resistencia, da prueba en su obra cuando Francia estaba ocupada: "Incluso los Resistentes, decretos después de tres o cuatro años de actividad en la Resistencia, ignoraban la suerte exacta de sus camaradas desplazados antes ellos." Así mismo las comunidades judías mejor informadas ignoraban el horror de la solución final (…) después de ser seguido siendo tres meses al secreto a Fresnes (…) la salida para la deportación fueron, para mi, una clase de alivio. Por supuesto (…) cada uno estaba convencido bien de que "allí" la vida sería dura, difícil. Pero se tenía la vida segura, no se estaba ya solo y se se encontraba al aire libre (…) las reacciones de la opinión pública mundial en las revelaciones hechas por los Aliados que penetraban los primeros en estos campos, se certifica hasta qué punto se trataba, en efecto, de revelación, es decir, de lo que, hasta entonces, había seguido siendo desconocido, secret"[95 ].

Refiriéndose a André Kaspi y a Asher Cohen, C$juan- Marc Varaut escribe a su vez "que los Judíos no sabían la suerte que esperaba a los deportados, puesto que no se podía saber." Lo que, comenta, nos invita que evite juicios perentorios retrospectivos, cincuenta años después (…) Lo que vale para los Judíos franceses, de miopes ante la dimensión europea de la política antijuive nazi, valen obviamente para los funcionarios franceses sido contratados al diario en la dialéctica de los finales y medios y que tenían en carga la vida y la supervivencia sus de citoyens"[96 ].

Dada la ausencia de todo escrito oficial hecho público durante el período 40-44, y que les sería contrario, los anteriores testimonios revisten un valor histórico que les confiere la calidad sus de auteurs[97 ]. Testimonios históricos, ya que vendrán el tiempo en que los protagonistas y espectadores de la segunda Guerra Mundial habrán dejado de vivir. Entonces, los amos de la desinformación tendrán el campo libre para transmitir a las nuevas generaciones una pseudohistoria que, entre sus contrevérités, signo ya o deja entender que la existencia de los campos de exterminio se conocía de todos, por lo tanto del Mariscal y el Gobierno francés. Así se trabaja insidiosamente, entre el genocidio perpetrado por la ideología nazi y las disposiciones tomadas en Francia, en 1940, contra los Judíos, una amalgama cuya argamasa es el punado de mano de Montoire.

¡Infamia! Ya que si el genocidio judío es un crimen inefable que se prueba a la humanidad no debe olvidar - como el que, he aquí dos siglos, costó la vida a 400.000 Franceses, culpables a los ojos de sus verdugos de seguir siendo fiel a su Dios y a su Rey - él no menos que el mariscal Pétain y sus Gobiernos puede ser acusada haber aplicado una política de hegemonía ideológica, iniciadora de crímenes contra la humanidad. Tal es el veredicto de la Sala de acusación del Tribunal de apelación de París, el cual en el auto de sobreseimiento vuelto el 13 de abril de 1992, juzga que "el Estado de Vichy (…) no puede (…) ser calificado de Estado que practica una política de hegemonía ideológica".

Los hechos confirman este juicio.

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A principios del verano 1942, Knochen[98 ], controlando de la policía de seguridad y los servicios de seguridad (BdS), informa Laval que el Führer decidió desplazar todos los Judíos, hombres, a mujeres y a niños, residiendo en Francia. Ninguna distinción se hará entre los Judíos de nacionalidad francesa y los extranjeros o apátridas. Esta decisión ya se notificó al Prefecto de policía de Paris[99 ].

Tal es la situación ante la cual el jefe del Gobierno se encuentra brutalmente colocado. Reacciona inmediatamente ante el jefe de los PÁRRAFOS y de la policía en Francia, Oberg[100 ]. Este último le propone un compromiso a los términos del cual ahorraría a los judíos franceses, por el momento, si la policía francesa participaba en la operación: "Los trenes están listos, explican a Oberg." Deben llenar les cueste lo que cueste. El problema judío no tiene fronteras para nosotros. La policía debe ayudarnos, si no procederemos a las detenciones sin hacer distinción entre los Judíos franceses y los autres"[101 ]. Y certifica que los Judíos deben ser enviados en Polonia donde se crearía para ellos a un "Estado judío".

De chantaje odioso ante el cual el jefe de Gobierno y el Mariscal, después de haber intentado excluir la policía francesa de una operación que deshonora, no pueden sino inclinarse. No, como lo protestan sus despreciadores, avalando la detención de los Judíos extranjeros y apátridas, sino, afirman Laval, para proteger a los Franceses judíos: "No podía actuar diferentemente que lo hice, sin sacrificar nuestros nacionales cuyo guardia tenía en primer lugar." No se respetó el derecho de asilo. Cómo podía serlo en un país ocupado por el ejército alemán, y cómo los Judíos podían ser protegidos en un país donde prevalecía el Gestapo?"[102 ]

Hilberg reconoce que al "renunciar ahorrar una fracción, se salvó una gran parte del totalité"[103 ]."

El 16 de julio de 1942, en París, la policía municipal participa en una incursión pedida por el aparato PÁRRAFO que, para exigir su intervención, se refiere a los derechos de la potencia ocupante y al artículo III del convenio de armisticio. Se convierte en así el instrumento ciego de la empresa nazi cuya finalidad ignora. A las críticas sobre su acción, el propio Fiscal General Mornet se opondrá, en el pleito del Mariscal, un juicio que recuerde la trágica complejidad de los acontecimientos del tiempo, y absurdidad del comportamiento de número de sus protagonistas: "No es necesario olvidar, declarará, por lo que se refiere a la policía parisiense, el admirable cese de servicio de todos los policías que se constituyeron en ejército para defender su prefectura contra los asaltos del enemigo y luchar sobre las barricadas para la liberación de Paris"[104 ]." ¿Quién puede dudar que estos mismos hombres se negaran a intervenir el 16 de julio de 1942, si hubieran sabido que se volvían cómplices de un genocidio? ¿Y quid de los ferroviarios que van a garantizar el transporte de los Judíos, en particular, a partir de la zona libre hacia la zona ocupada? ¿Cómo habrían sabido, policías y ferroviarios, en 1942, lo que el mundo entero ignoraba aún en 1944, y no descubrió que en 1945?

Su intervención se traduce en la detención de 12.884 Judíos incluidos 3.031 hombres, 5.802 mujeres y 4.051 enfants[105 ]. No se logra el objetivo de los PÁRRAFOS. Era de 22.000 detenciones. En el pleito de Xavier Vallat que fue, en Vichy, Comisario responsable de los asuntos judíos, el doctor Nora, israelí, dará prueba: "…" Xavier Vallat se consideraba ciertamente como obligado de defender los Franceses israelíes y, en particular, a los antiguos combatientes que, para, no le debían disociarse de la colectividad francesa. Por él, pude conocer la fecha de algunas grandes incursiones y, en particular, el del 16 de julio de 1942, indiscreción querida por él y que nos permitió salvar alrededor a de 10.000 israelíes. El orden alemán era la detención de 25.000 Judíos. Doce a del miles solamente fueron arrêtés"[106 ].

Detrás de estas cifras se oculta la inefable tragedia vivida por los niños separados de sus padres y quienes, los unos como los otros, van a reunirse en campos, luego apilados, tal del ganado, en vagones antes de transportanse hacia el Este, hacia su destin[107 ].

La reacción del pueblo francés es unánime en su espontaneidad, tanto en zona ocupada como en zona libre de ahí 10.410 Judíos alemanes o extranjeros debieron volverse a poner al occupant[108 ]. Los eclesiásticos son los portavoces de una opinión rebelada. Una carta del cardenal Suhard, el arzobispo de París, hablando en nombre de los cardenales y obispos de Francia, seguido de la del Pasteur Boegner y de un comunicado del Comité nacional de la Iglesia Reformista, alertan al Mariscal durante el verano 1942. Sus intervenciones acompañan una carta del Consistoire central que menciona un grado de crueldad que la historia raramente igualó; planteamiento que precede una protesta solennelle[109 ]. Finalmente y mientras que los Prefectos informan al Gobierno, las cartas pastorales de Monseñor Saliège en Toulouse, de Monseñor Delay en Marsella, del Cardenal Gerlier en Lyon, de Monseñor Théas en Montauban denuncian la crueldad del acontecimiento y llaman a las exigencias de la justicia y a los derechos de la libertad.

"Francia, caballeresca y generosa, no dudo, no es responsable de estos errores", escrito Monseñor Saliège. Y mientras que el Cardenal Gerlier mide "las dificultades a las cuales debe enfrentar el Gobierno", un comunicado del Consejo nacional de la Iglesia Reformista de Francia declara no ignorar "ni no hacer caso de la extrema complejidad de las situaciones ante las cuales las autoridades del país se ven colocadas".

"es necesario decidir esta deshonra". ¿Tal es el grito del Mariscal que se dirige en Laval el 24 de julio de 1942. pero que puede hacer el jefe del Gobierno? El Alemán es todo-potente y nada puede disuadirle proseguir su empresa de deportación que se refiere a millones de Judíos de Europa. ¿Es necesario discutir, para moderar su furia, o rechazar todo diálogo y, por consiguiente, dejar los PÁRRAFOS operar a su manera, extendiendo a Francia los métodos expeditivos aplicados en Polonia? ¿En una palabra, se debe permitir al inquilino polon de Francia, por lo tanto desplazar todos los Judíos, extranjeros o francés, y, entre éstos, a los Alsacianos a los cuales se conoce el profundo compromiso del Mariscal?

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El 18 de agosto de 1942, Pedro Laval recibe Pinckney Tuck, encargado de negocios americano en Vichy. Da cuenta de su visita por mensaje dirigido, el 26 de agosto, a Washington[110 ]. Destaca que llamó la atención de Laval sobre el carácter que rebelaba de la separación niños cuyos documentos de definición se destruyeron intencionalmente, de modo que podrán nunca unirse a sus padres en exilio. Añade: Laval puso inmediatamente duda esta relación de los hechos, y dice que no quería admitir que se hubiera separado a niños de sus padres. Me pidió él proporcionar la prueba. Y Tuck concluye: "Se me trae a la conclusión que la detención y la deportación de estos Judíos (…) pueden constituir una tentativa parcial de Laval para satisfacer la demanda por el Gobierno alemán de trabajadores." Según dignas informaciones de fe, se envió a los Judíos desplazados en Lorena, Polonia y Ucrania… ""

Se trata de un testimonio historique[111 ] que prueba, sin la menor ambigüedad, que Tuck y Laval, a los mediados de agosto de 1942, ignoraban el genocidio, pensaba que los deportados iban a poblar un Estado judío en el Este europeo, y juzgaba pues que era rebelando separar a los niños de los padres.

Pedro Laval él mismo había pedido - y había dado cuenta en Consejo de Ministros, el 16 de julio de 1942, que "en una intención de humanidad, los niños incluso los de menos de 16 años, se autoricen a acompañar a sus padres".

Lo que él valdrá, así como al Mariscal, la pérfida acusación de la historia mediatizada que, bajo forma directa o alusiva, verá en este gesto una manifestación de complicidad con los verdugos nazis. Comentando esta cuestión, René Rémond cita a Asher Cohen, el cual sugiere que la propuesta de Pedro Laval fue inspirada "por un pensamiento de humanidad, la preocupación de no separar las familias, en la ignorancia donde el Presidente del Consejo estaba del destino final:" la idea no le habría venido que enviaba a estos infelices niños al mort"[112 ].

"En realidad, escrito Léon Poliakov, todo vuelve en torno a una frase de Dannecker, el jefe del Servicio judío en Francia, que escribía que por el momento no era necesario desplazar a los Judíos que a partir de la edad de dieciséis años, este a que Laval añadía que era necesario agregarles a sus niños, para la reagrupación familiar." Resumidamente, pienso que ignoraba que estos niños iban a ser matados in situ - un pequeño punto de histoire"[113 ].

Esta opinión sorprenderá la que establece una relación de causalidad entre las medidas adoptadas por el Gobierno francés contra los Judíos de Francia y el genocidio perpetrado por los nazis. Bergson, en una prueba sobre el posible y el real, su propone elementos de reflexión: ¿"Cómo no ver que si el acontecimiento se explica siempre, más tarde, por tales o como acontecimientos previos, un acontecimiento muy diferente tan se habría explicado, en las mismas circunstancias, por antecedentes diferentemente elegidos - qué dice?" ¿por los mismos antecedentes diferentemente recortados, de otro modo distribuidos, de otro modo percibidos finalmente por la atención retrospectiva? Antes de detrás se continúa un remodelado constante del pasado por el presente, de la causa por el effet"[114 ].

¿En términos más concretos, cómo no ver que las deportaciones de los Judíos en Francia se hubieran realizado muy también "eficazmente" sin el antecedente del estatuto de los Judíos de 1940, y que éste no interfirió de ningún modo sobre la decisión del genocidio tomada a Wansee en enero de 1942?

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En noviembre de 1942, en eco al desembarque combinado en África el Septentrional, él mismo seguido de la invasión de la zona libre por el Wehrmacht, el temor se extiende, en la colectividad judía, de ver a Pétain dejar Francia para congregar Argel, y Laval abandonar al Gobierno. El gran rabino Hirschler, que debía fallecer en la tormenta, visita al Secretariado general del Gobierno, en Vichy, y se preocupa de saber si éste "siguiera a pesar de los acontecimientos de África". Sobre la respuesta afirmativa que se le hace, declara: "Se me tranquiliza." Para mi, todos los Judíos son mis niños. Pero, conozco bien al Sr. Laval y sé sus dificultades. Los Judíos franceses olvidarán nunca lo que hizo para eux"[115 ].

Uno de ellos, Emmanuel Berl, dará prueba con resplandor de su compromiso en pro de Pedro Laval, cuando escriba, el 10 de marzo de 1954: "En este hombre no hecho caso y complejo que podía ser tan hábil, y quien repugnaba tanto ser hábil, la calidad principal era, me parece, el bonté"[116 ]." En febrero de 1943, el propio Mariscal recibe, de manera muy abierta, al Gran rabino que se declara encantado de sonido audience[117 ].

Inmediatamente después del armisticio, Léon Blum había pedido al Mariscal velar por que el tratamiento de los presos de guerra de confesión israelí sea el de todos los Franceses prisioneros, sin distinción de raza o religión. Los seguros que entonces había recibido se respetarán, a pesar de las presiones alemanas. El Gran rabino de París, Julien Weill, dará prueba, en el pleito de Georges Scapini, a embajador de los presos, que, gracias a la Misión que dirigía el acusado, "pudimos evitar los peores por lo que se refiere a los de entre nosotros que se encontraron en captivité"[118 ]."

Esta protección de los presos se extiende a la de los Judíos de África el Septentrional. Ya que, si éstos son víctimas de la abolición del decreto Crémieux, se benefician en cambio de un armisticio que, en su caso particular, nunca el calificativo tanto no ha merecido de ahorrador. En efecto, los 400.000 Judíos del Magreb - 120.000 en Argelia, 80.000 en Túnez y 200.000 en Marruecos - no conocerán los affres de la intención que los nazis prosiguen con una obstinación que se manifiesta en el empleo de Túnez, por el Wehrmacht, de noviembre de 1942 a mayo de 1943.

A partir de la llegada de las fuerzas alemanas en Túnez, un Einsatzcommando[119 ] detiene a los dirigentes de la comunidad judía, luego los libera contra el pago de una multa de 20 millones de francos, y, bajo amenaza de muerte, el obligado a crear el servicio del trabajo forzado sus de coreligionnaires. Éstos se destinan a continuación a la construcción de obras de fortificación en la primera línea de frente. Sólo el primer paso de una marcha cuyo itinerario se sabe sin vuelta. Marcha parada por la capitulación de las fuerzas de von Arnim, en mayo de 1943 después de una batalla a la cual las unidades resultantes del ejército dicho de Vichy, y encargado por Junio, se cubrieron con gloria. Mencionando estos meses de opresión, Hilberg escrito: "Los 80.000 Judíos no se movieron, petrificados por la violencia del tornado que se había cortado sobre eux"[120 ]."

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"El Sr. LA de tortura, me propongo demasiado hablar de vous"[121 ]." Tal es el apóstrofe dirigido por Pétain a Darquier de Pellepoix que, desde el mes de mayo de 1942, sustituyó a Xavier Vallat a la cabeza de la Comisaría a los asuntos judíos. El propio Mariscal había declarado gran rabino Isaïe Schwartz: "Mientras seré vivo, aceptaré nunca que este ignom que es la estrella amarilla o sea aplicada en zona Sud"[122 ]." Expresa así los sentimientos de la Iglesia y el pueblo francés ante una empresa que, si no puede ser detenida por palabras, debe ser frenada por todos los medios posibles.

Este frenado, operado a partir de octubre de 1942, es concretado por cifras: en cinco meses, del 5 de junio de 1942 al 11 de noviembre de 1942, se desplazó a 40.839 Judíos, 33.000 de los cuales en once semanas, del 17 de julio al 30 de septiembre; será necesario al inquilino más de diecinueve meses para desplazar 34.000 autres[123 ]. Se denuncia, en un informe de 12 de febrero de 1943, establecido por el suplente de Oberg, Knochen. Éste acusa al Mariscal y al Secretario General de la policía "que haga todo quien pueden para impedir la deportación de los Judíos franceses". Este informe de 12 de febrero de 1943 se refiere a una conversación con Eichmann[124 ]. Destaca que "el Mariscal se declara con la mayor energía contra el hecho de que se pongan en campos de concentración o se evacuen algunos judíos de nacionalidad francesa." Pétain hasta amenaza con retirarse "."Recuerda que éste formalmente se opuso al puerto de la estrella amarilla "en zona recientemente occupée"[125 ]." Añade: "al emprender ahora la solución final de la cuestión judía, es necesario tener en cuenta que Pétain se opondrá". Y, en un informe de 6 de marzo de 1943, Röthke da cuenta que, vista la actitud del Mariscal, solamente la dificultad puede permitirle disponer de las fuerzas de policía. En cuanto a Knochen, declarará el 24 de abril de 1950: "Se consideró al mariscal Pétain bien rápidamente como realmente que seguía siendo un enemigo peligroso para Alemania." Todos los informes de nuestros servicios (…) reflejaban la misma opinión "."

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La amenaza nazi toma un carácter más agudo con las solicitudes reiteradas sobre dénatural Judíos que adquieren la nacionalidad francesa después de 1927. El informe de Röthke, del 6 de marzo de 1943, expone el plan nazi: "pedir al Gobierno francés (…) la promulgación de una ley que retira la nacionalidad francesa a los Judíos naturalizados posteriormente a 1927 dónde a 1933. Entrega de los Judíos que se han convertido en así apátridas, para su deportación". Términos que destacan la protección que su nacionalidad puede aportar a los Judíos franceses. ¿Pero cómo el Gobierno va a actuar, ante las nuevas exigencias alemanas?

Tal como ocurre con el organismo que había funcionado durante la Primera Guerra Mundial, se había creado a una Comisión en 1940, en el marco de la ley de 22 de julio de 1940 relativa a la revisión de las naturalizaciones y adquisiciones de nacionalidad ocurridas desde 1927. Esta ley se refería a todas las personas justiciables, sin distinción de raza y religión.

Dividida en 3 subcomisiones que sientan a partir del de 1 de enero de 1941, la Comisión, - a la cual pertenece Mornet, pronto Fiscal General al pleito del Mariscal - estudia 250.000 expedientes relativos a 900.000 personas. Sus trabajos se conducen en toda independencia frente al inquilino. Toda propuesta de retirada debe ser examinada, antes de la decisión, por una subcomisión especial compuesta de unos tres Presidentes de subcomisión. Las personas justiciables se benefician de un recurso gracioso.

El 24 de marzo de 1942, el Presidente de la Comisión, el Sr. Roussel, el Mariscal recibe aconsejar de Estado. Le expone la jurisprudencia benévola, humana y sin ninguna preocupación racial o política que guia los trabajos. Un único objetivo: el interés superior del país. El balance, en dicha fecha, es elocuente: "no alcanzamos, declaramos Roussel, tres para cientos del número de los naturalizados". El Mariscal felicita y agradece a los miembros por la Comisión de la calidad humana sus de travaux[126 ].

Estos trabajos están siempre en curso cuando, al mi43, el inquilino expresa en Laval el deseo que una ley esté promulgada, llevando dénaturalisation de los Judíos naturalizados después de 1927. Frente la denegación categórica del Mariscal y Laval, a los nazis hacen conocer a éste que no hay debate posible: sus deseos son órdenes. Es entonces Laval, de pleno acuerdo con el Mariscal, llama la atención de los Alemanes sobre el hecho de que una legislación ya existe y que su aplicación incumbe a la Comisión Roussel. El 28 de agosto de 1943, éste de nuevo es recibido por el Mariscal que le comunica su "angustia" con respecto al naturalizados judíos. Roussel, lamentando al mismo tiempo sus que los trabajos de su Comisión puedan tomar una nueva orientación, garantiza al Mariscal que adoptará todas las medidas para evitar que los Judíos naturalizados tengan que sufrir las consecuencias. Pétain manifiesta entonces su alivio. ¡"Ah!" … pero entonces está bien muy como eso (…) soy muy feliz de saber que la Comisión tomará estos mesures"[127 ].

El Presidente Roussel, en su declaración en el pleito del Mariscal, precisará que estas medidas consistieron nunca dénatural un Judío cuya dirección se conocía y que, por lo tanto, podía ser consultado por el inquilino. Respeta así el espíritu de resistencia que Pétain había manifestado el 19 de julio de 1943, en una carta firmada por su Secretario General, Jean Jardel: "El Mariscal pide que el Sr. Pedro Laval intervenga inmediatamente ante las autoridades de empleo con el fin de hacer cesar un régimen de excepción aplicado en particular a Franceses algunos de los cuales so'lo cometieron otro delito de ser juifs"[128 ]."

Aunque un problema tan doloroso que el de la suerte de los Judíos de Francia pueda tratarse en términos estadísticos, él importa citar cifras. Según las estadísticas otorgadas por Raul Hilberg, las colectividades judías de Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Alemania, Grecia, los Países Bajos, Luxemburgo, Polonia y Yugoslavia, sufrieron, durante la guerra, un tipo global de pérdidas ascendiendo a 93.8%[129 ].

Tratándose de Francia, el estado numérico de los deportados, establecido con fecha del 6 de marzo de 1943, por los servicios nazis, cifra a 49.000 el número de Judíos extranjeros y a 3.000 el de los Judíos français[130 ]. Es a partir de esta última cifra que se habían avanzado algunas evaluaciones, durante los años 50 y 60, que consideraban que alrededor del 5% de los Judíos franceses habían desaparecido en la tormenta. Este tipo era confirmado inmediatamente después de la guerra por el informe de la Comisión de investigación angloamericana sobre la cuestión palestina. El porcentaje de los Judíos extranjeros desplazados de Francia y desaparecidos se establecía entonces en aproximadamente 40%.

Estos porcentajes se revisaron en aumento para los Judíos franceses y a la baja para los Judíos extranjeros. Un étude[131 ], publicado por el Instituto de historia del tiempo presente, reanuda trabajos efectuados a partir de relaciones nominales, y proporciona los siguientes datos:

- Población judía en Francia en 1940: 330.000 la que mitad era de nacionalidad extranjera.

- Población judía desplazada entre la primavera 1942 y el verano 1944: 76.000 que 24.000 de nacionalidad francesa.

- un 3% de los deportados sobrevivieron.

El cálculo permite a partir de estos datos establecer el siguiente balance:

- 23.300 Franceses judíos, lo que representa un 14% de la comunidad judía francesa, se murieron en deportación.

- 50.500 Judíos extranjeros o apátridas, lo que representa un 30.6% de su población, se murieron en las mismas condiciones.

Es decir un 86% de los Franceses judíos y cerca del 70% de los Judíos extranjeros de Francia sobrevivieron a la tormenta, mientras que menos del 7% sus de coreligionnaires de Europa escapaban al genocidio.

Estos tipos no tienen en cuenta la protección garantizada a los 400.000 Judíos de África el Septentrional, 120.000 de los cuales en los departamentos franceses de Argelia. Quién puede dudar -, en particular, después de la breve incursión del Einsatzkommando en Túnez - que número de ellos no duran de sobrevivir que al armisticio de junio de 40 y a la estrategia que prohíbe entonces al Wehrmacht y al aparato nazi tomar pie en el Magreb, y de llevar a cabo la promesa que el Führer había hecho al Grande Mufti de Jerusalén de destruir todos los Judíos que vivían en territorio árabe?[132 ]

Así pues, 730.000 judíos (400.000 en África el Septentrional y 330.000 en Metrópolis) vivían, en 1940, en la esfera de influencia francesa. 76.000 se desplazaron que 3% solamente sobrevivieron. Es pues un 90% de los judíos que residen en Francia y África el Septentrional que escapó a la solución final y 10% que fueron víctimas. Este porcentaje del 90% debe compararse con el del 6% que se aplican a los supervivientes del conjunto de las colectividades judías de Alemania, Austria, Bélgica, Grecia, Luxemburgo, los Países Bajos, Polonia y Yougoslavie.[133 ]

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Las cifras que preceden a veces se informan a los de Dinamarca e Italia donde los tipos de deportación fueron más bajos que en Francia. Un breve análisis muestra el légéreté de las conclusiones que se pueden sacar de una comparación superficial entre situaciones políticas y sociales essentiellements diferentes.

En efecto, en Dinamarca, país no beligerante de 5 millones de habitantes, la población judía ascendía a 6.500 almas o sea un 0,13% de la población total - contra un 0,8% en Francia. Y, según Raul Hilberg, la colectividad judía "apenas ejercía influencia en el país". Se encontraban 31 de sus miembros en la función pública, 35 abogados, 21 artistas, 14 periodistas y ningún redactor principal.

Sólo en septiembre de 1943, inmediatamente después de la disolución del ejército danés, que el inquilino prevé una operación de deportación. Efectuada el 1 de octubre, se limita a 477 juifs[134 ]. En cuanto al resto de la colectividad, se beneficia de la recepción que Suecia propuso al Reich. Lanzaderas de barcos pesqueros evacuan, en octubre de 1943, hacia Suecia, a 5.919 judíos, 1.301 mitad o cuarto-judi'o y a 686 no judíos casados a judíos. Resultado notable, pero que no puede compararse al caso de la Francia, beligerante y supida, cuyos vecinos, incluida Suiza, se niega a recibir refugiados judíos.

Empujando más lejos su comparación caprichosa, los despreciadores del Mariscal crean el rey de Dinamarca en modelo de resistente a las persecuciones racistas dirigidas por el aparato nazi.Inventan la leyenda de Christian X que, a su modo de ver, se había elevado contra el inquilino llevando la estrella amarilla impuesta a sus temas de confesión judía. Leyenda combinada, por supuesto, de la fábula según la cual Pétain, no le había sabido imitar un tan noble ejemplo.

Su Majestad la reina Margrethe II, nieta de Christian X, hace justicia estos de balivernes. En su obra, el oficio de Reina, escribe: "Una de las historias que se entienden generalmente, con respecto al período del empleo y que contradigo obstinadamente cada vez que lo oigo, es la fábula según la cual Christian X habría manifestado sus opiniones llevando la estrella amarilla." La historia es bonita simbólicamente, pero sin informe con la realidad (…) no puedo prolongar un mito cuando sé que él no soy fundado; sería malhonn (…) realmente, los Alemanes nunca se han atrevido a insistir para que los Judíos daneses lleven la estrella jaune"[135 ].

Se sabe que no se atrevieron más con Pétain, en zona Meridional y en África el Nord.[136 ]

En cuanto a la Italia, combinada de Alemania, no se sometía a ninguna obligación de desplazar a sus propios ciudadanos judíos. Decretada en 1938, su severa legislación antisé, no más que la ley francesa llevando estatuto de los Judíos, implicaba medidas de este orden. Pero, la caída de Mussolini, el 25 de julio de 1943, seguida del armisticio pedido por el Gobierno Badoglio, coloca el territorio italiano bajo el yugo nazi. Las deportaciones comienzan en octubre de 1943. ellas finalizarán en agosto de 1944. ellas pues habrán durado tres veces más mucho tiempo que en Francia.Lo que explica un porcentaje del 17% al parecer inferior, pero que, informado a la duración, es supérieur[137 ].

Estos breves análisis comparados responden a la historia maniché poniendo de manifiesto que ésta no duda en dirigir los hechos con el único fin de diabolizar a Pétain. Es cierto que nulo no puede hoy afirmar que el Mariscal, el Gobierno, los Franceses, los policías, los ferroviarios… no podían oponerse más eficazmente a la salvajada nazi. Pero es no menos cierto que sin Pétain, es decir, sin el armisticio, sin la protección relativa de la zona libre, sin la supervivencia de una administración y de una sociedad civiles, los Judíos de Francia - Francés, extranjeros, apátridas - todos habría conocido al martirio de sus coreligionnaires europeos cuya insignificante minoría sobrevivió a la tormenta.

Los feroces despreciadores del Mariscal procuran asignar los resultados de esta protección relativa, no al Mariscal y a su Gobierno, sino a la "sociedad civil" y a instituciones religiosas. ¿Cómo explicar mientras que, en los países europeos sin Mariscal, dicha sociedad y dichas instituciones hayan seguido siendo también poco eficaces? ¿Cómo imaginar que es la sociedad civil que protegió todos los Franceses judíos prisioneros de guerra?¿¿-˜ç}_ quién garantizó la protección física de los 400.000 Judíos de África el Septentrional? ¿¿-˜ç}_ quién prohibió el puerto de la estrella amarilla en zona libre, incluso después del empleo de ésta por el Wehrmacht?

La historia sabe que estos hechos deben llevarse u'nicamente al crédito del Gobierno francés. Constituyen la prueba irrefutable que, si el estatuto de los Judíos fue una medida administrativa inicua, y si las deportaciones hacia un destino desconocido fueron actos irrevocables impuestos por el inquilino, no hubo, en el espíritu del soldado que velaba por la cabecera de Francia, la menor voluntad de practicar una política de hegemonía ideológica cuya desaparición física de seres humanos habría sido la expresión.

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Simone Weil, parte de Francia, en 1942, con el pesar de perder "el consuelo (…) de tener parte al sufrimiento del país" y con el sentimiento "de cometer un acto de désertion"[138 ], escrito de Nueva York, en noviembre de 1942, algunos días antes de su salida para Londres donde se morirá en agosto de 1943: " "…" Me no gusta mucho oír gente, perfectamente cómoda aquí, tratar de flojos y de traidores los que, en Francia, se aclaran como pueden en una situación terrible (…) creo que Pétain hizo alrededor todo lo que la situación general y su propio estado físico y mental le permitían hacer para limitar los dégâts"[139 ].

Annie Kriegel o en el mismo sentido: "Hay una joven escuela histórica que quiere llevar una clase de guerra privada y cualificada de heroica contra el Gobierno de Vichy." Me parece absurdo de invertir las cosas en el punto decir que no solamente el Gobierno fue cómplice pero que tomó la iniciativa de una empresa de represión de los Judíos. Me pregunto a veces si, contrariamente a la idea común, la parte de sacrificio en la política y la conducta del mariscal Pétain no tuvo efectos más algunos y positivos sobre el hola de los Judíos que sobre el destino del France"[140 ].

Justicia se vuelve así a el que, tomando al pueblo francés para juez, declarará a la primera audiencia de su pleito: "La historia dirá todo lo que les evité, cuando mis adversarios so'lo piensan por acusarme el inévitable" [141 ]."

Lo inevitable, fue, durante cuatro largos años, el empleo de Francia por los demiurgos de la noche alemana, a los órdenes del loco que, en su guarida de la Cancillería, dictará, el 30 de abril de 1945, antes de suicidarse, su "Testamento político" y su odio del pueblo juif[142 ]. Un odio cuyas inefables manifestaciones criminales dan la medida de lo que se evitó. Corresponde a la Historia recordarlo, como lo hizo Annie Kriegel. Así pues, y como se debe, el deber de verdad servirá el deber de memoria.



[ 1 ] Pedro Ordioni recuerda que, en el pleito Pucheu (marzo de 1944), los decretos de 1940 y 1941 llevando estatutos de los Judíos no se mencionaron "en ningún momento, por quienquiera, incluso por el general Weiss, a Comisario del Gobierno de Gaulle". (La Fractura - de Londres 1941 a Sétif 1945. Noticias Ediciones Latinas p.324)

[ 2 ] los acontecimientos ocurridos en Francia de 1933 a 1945 (PUF), 1.o volumen, pp.167 a 186.

[ 3 ] J.M. Varaut - Le procès Pétain, 1945-1995.

[ 4 ] A. Griotteray - la justicia de información - Le Figaro, 16-4-95.

Artículo en el cual el autor se eleva contra tal comparación.

[ 5 ] en la historia de Francia, la segregación es de carácter religioso y no racial. Por ello Luis VII que reanuda el principio costoso a la democracia ateniense, que prohibía en Atenas la práctica de cultos extranjeros a la Ciudad, legisla en 1144 "sobre la pregunta de los Judíos relaps." El rey constata que, a la instigación del diablo, una serie de Judíos convertidos al catolicismo habían vuelto de nuevo a su antigua fe. Una decisión real, cierra, se imponía para castigar similar insolencia. En adelante, todo judío relaps deberá dejar el reino. Si contraviene a esta condición, se castigará de la pérdida de la cabeza o de un miembro "(Archivos nacionales - K23, n°11)."

Edicto de otra edad, que menciona la política de los Reyes de Francia, que lanzan el Cruzados contra el Islam, y defienden, dentro del Reino, el orden cristiano, cemento de la nación nacida en 496 al baptisterio de Reims.

Roma de Tibère expresaba la misma voluntad de defensa contra los Judíos, o expulsándolos, o eliminándolos físicamente. Tácito escrito: "Se se ocupa también de purgar la Italia de las supersticiones egipcias y judaïques." En virtud de un decreto del senado, se enviaron cuatro miles liberados, manchados estos de impiétés y en edad de llevar las armas, en Cerdeña para reprimir los brigandages; y si sucumbieran a la insalubridad del clima, su pérdida fuera la poca cosa. Se pidió a los otros dejar Italia si, en un tiempo fijado, no no habían abjurado su cultura i "(Tácito - Anales, Libro II, LXXXV)."

[ 6 ] Raul Hilberg - la destrucción de los Judíos de Europa, p.35.

[ 7 ] Hitler - Mein Kampf, Nouvelles Editions Latines, p.619.

[ 8 ] ibid, pp.677-678.

[ 9 ] ibid, p.621.

[ 10 ] Hilberg - op.cité, p.63.

[ 11 ] ibid, pp.65-67.

[ 12 ] ibid, p.153.

[ 13 ] ibid, p.340.

[ 14 ] Raymond Aron - Memorias, p.18. uno del numerosos espions alemanes detenidos por los Servicios especiales franceses, entre 1940 y 1942, uno se nombraba a Silberstein, a judío alemán refugiado en Francia desde 1935. (Coronel Paillole - Servicios especiales, p.241)

[ 15 ] Marc Bloch - la extraña derrota. Carta del 02/04/41. Folio Historia, p.309.

[ 16 ] Ley de 2 de junio de 1941, sustituyendo a la ley de 3 de octubre de 1940 llevando estatuto de los judíos. (DO de 14 de junio de 1941).

[ 17 ] Instituto Hoover - la vida de Francia bajo el empleo, p.665.

[ 18 ] Estos datos se extraen del testimonio parecido en el Mariscal n°152, bajo la firma de René Fredet que fue responsable del Servicio financiero del Ministerio de C$producción industrial, en Vichy, de mayo de 1941 a marzo de 1943.

En un largo informe, con fecha del 1 de julio de 1941, sobre la cuestión judía en Francia y su tratamiento, Dannecker escrito: "Que se sepa, para permanecer al ejemplo de París, que, sobre 21.000 empresas judías declaradas en todo, 600 empresas solamente, a finales de junio 1941, habían desaparecido por liquidación y que se se lo diga bien, 200 solamente fueron arrancado de las manos judías por aryanisation." Para incluir bien, es necesario saber cómo el servicio de control francés encuentra generalmente a un Francés para un puesto de administrador provisional. Sucede frecuentemente que éste esté vinculado de una manera o de otra al proprietario judío, lo que, del resto, no tiene nada de asombroso en Francia "."

[ 19 ] Jean Marsal, el Mariscal, n°151, 3è trimestre 1988.

[ 20 ] Alemanes y Austríacos se dirigen sobre el campo de Gurs, y las otras nacionalidades sobre el campo de Agde.

[ 21 ] Esta vigorosa nota de protesta del Gobierno francés, con respecto a la introducción de la legislación racial nazi y de la expulsión de los Israelíes, es destacada por E. a Jäckel en Francia en Europa de Hitler, p.119.

[ 22 ] ver la obra de Louis Cernay (alias André Lavagne): El mariscal Pétain, la Alsacia-Lorena, Hechos y documentos (1940-1944).

[ 23 ] Robert Aron - Historia de Vichy, p.277.

[ 24 ] Nota firmada Baudouin, Ministro de Asuntos Exteriores, citada en la Historia de Vichy de Robert Aron (p.229) y en la de F.G. Dreyfus (p.290).

[ 25 ] durante el Consejo de Ministros del 1 de octubre, el Mariscal insistió para que la Justicia y la Enseñanza no incluyan a ningún Judío.

[ 26 ] se trata de las profesiones que ejercen la verdad poder:el de los medios de comunicación. René Rémond observa a este respecto que la política del Gobierno tiende a encerrar a los Judíos "en un estatuto discriminatorio que la descarta de todo puesto de responsabilidad o influencia". Destaca que "el Gobierno del Mariscal no contempla en ningún caso a la desaparición de los Judíos" (René Rémond - Prólogo a la obra de Asher Cohen: Persecuciones y rescates).

[ 27 ] J. el Groignec - el Mariscal y Francia, p.185, devolución 21. conservan sin embargo el estatuto político de ciudadanos franceses, a los judíos indígenas de los departamentos de Argelia que pertenecieron a una unidad que combatía durante la guerra de 14-18 o de 39-40, y obtuvieron la Legión de honor con carácter militar, la Condecoración militar o la Cruz militar.

[ 28 ] cerca de un año después de la llegada al poder de Hitler, Blum declaraba: "puesto que se demole al ejército, es". (Pedroncini - Pétain, volumen II, p.203). Raymond Aron lo juzgará para la historia: "Léon Blum nunca ha tomado conciencia de sus aberraciones, de la falta cometida por un estadista que sacrifica los intereses e incluso la seguridad del país a sus ilusiones, que confunde una abdicación con la señal de un nuevo mundo" (Memorias, p.138).

[ 29 ] F. Mauriac citado por André Blumel en Léon Blum, judío y sioniste.

[ 30 ] la asamblea de los cardenales y obispos, celebrada el 31 de agosto de 1942, consideraba que un problema judío existía, vinculado a la existencia de una comunidad internacional "inasimilable por naturaleza".

Ahora bien, todo problema de asimilación implica reacciones de segregación y rechazo. Reacciones endémicas que prevalecen en Alemania desde siglos, y también en Polonia, Rusia, Grecia… en Italia, se promulgó una legislación antisé a las disposiciones severas en noviembre de 1938. La segregación racial no ahorra los Estados Unidos (véase infra)

[ 31 ] Maxime Blocq-Mascart, citado por C$francois- Georges Dreyfus en Historia de Vichy, p.295.

[ 32 ] Fernand Braudel - el Mediterráneo y el mundo mediterráneo, volumen II, Armand Colin, p.155.

[ 33 ] Memorias de José Barthélemy, p.319.

[ 34 ] Mercurio de Francia, 1 de mayo de 1936, Apología para Israel por un Judío. Declaración del Sr. Kadmi-Kohen.

[ 35 ] Marc Bloch - la extraña derrota - Testamento - Folio historia - p.212. Historiador, profesor a la Sorbona, Caballero de la Legión de honor con carácter militar, cuatro veces citado en 14-18, una vez en 1940, Marc Bloch entra, en 1942, en la clandestinidad y la Resistencia. Detenido en 1944 por los Alemanes, se tortura luego tirado.

[ 36 ] Henry-C$la Haya - op.cité, p.276.

[ 37 ] André Maurois - Memorias, p.309.

[ 38 ] ver al lado el facsímil de la carta de candidatura de Maurois.

[ 39 ] Hilberg, op.cité, p.342.

[ 40 ] Paul Schmidt - Mi figuración para Hitler, p.248. Hilberg recuerda (op.cité, p.340) que Georges Bonnet, Ministro de Asuntos Exteriores, en diciembre de 1938, había hecho conocer a Ribbentrop que Francia deseaba acoger más a Judíos que venían de Alemania y que ella ni siquiera pensaba enviar a 10.000 Judíos a Madagascar.

[ 41 ] Heydrich: jefe de la Oficina central de seguridad del Reich (RSHA). Realizado en Praga, en 1942, por los patriotas checos.

[ 42 ] Hilberg, op.cité, p.345.

[ 43 ] ibid,

[ 44 ] Léon Poliakov - los Judíos y nuestra historia, p.185.

[ 45 ] Moses Merin, Presidente del Consejo central de los del "Antiguos" para la Alta Silesia.

[ 46 ] Hilberg, op.cité, pp.424-425.

[ 47 ] Maurice Rajfus - Drancy, un campo de concentración muy ordinario, p.158.

[ 48 ] "los dirigentes de las comunidades judías, organizados en consejo sobre la prescripción de los Alemanes, comunicaban a estos últimos la lista de los Judíos que vivían en su localidad, con el inventario de sus bienes, facilitando así la tarea de sus verdugos…" Los Judíos debían pues participar en la destrucción de su raza "." (Robert Manvell y Heinrick Fraenkel, el Crimen absoluto, Existencias).

[ 49 ] parece que si la reina Wilhelmine hubiera permanecido en su reino invadido en mayo de 1940, - al ejemplo de Pétain que se negó a abandonar a los Franceses en junio de 1940 y en noviembre de 1942 - los Países Bajos no se habrían colocado bajo el yugo del gauleiter, y la población judía, seguramente, habría sufrido menos.

[ 50 ] Hilberg, op.cité, p.558.

[ 51 ] Annie Kriegel - Ce.que creí comprender, p.173.

[ 52 ] Grupos de intervención (SS).

En su Primer Diario parisiense, a partir de 30 de marzo de 1942, Jünger informa de los crímenes de un "Kommando de asesinato" que había matado un número incalculable de gente en Lituania y otras regiones fronteras: "después de haber reunido a las víctimas, se les hace en primer lugar cavar los hoyos comunes, luego se les pide extenderse, y se los mata a golpes de fuego, de en cumbre, por capas sucesivas".

[ 53 ] Véase., en particular, Raul Hilberg - la destrucción de los Judíos de Europa, Haya edicto y Gallimard (Folio/historia).

[ 54 ] David S. Wyman - el Abandono de los Judíos, de los Americanos y de la solución final, pp.38 y párrafo

[ 55 ] David S. Wyman destaca que en agosto de 1944 algunos de los periodistas americanos invitados a examinar el campo de la muerte de Madjanek "tenían en cuenta que los Judíos eran las principales víctimas, pero la mayoría so'lo los mencionaban en el marco de una lista de todos los los que se habían asesinado allí" (op.cité, p.414)

[ 56 ] Robert E. Sherwood - Roosevelt and Hopkins, p.717.

[ 57 ] ibid. La legislación británica es entonces muy estricta, en particular, respecto a los Judíos alemanes. En 1942, el Ministro de C$interior, el Sr. Morrison, recuerda que los de ellos viviendo en Inglaterra, y vueltos apátridas en virtud de un decreto alemán, seguirían tratándose como nacionales alemanes, ya que el Gobierno de Su Majestad no reconocía, en tiempo guerra, a un Estado enemigo, la competencia de privar un ciudadano de su nacionalidad. (Hilberg, op.cité, p.912).

Sobre este tema, David S. Wyman escrito: "…" hasta el final de 1944 (…) el Departamento de Estado y el Foreign Oficina temieron (…) que Hitler puso a los Aliados en frente de un éxodo judío, posibilidad que pretendieron asiduamente evitar. (D. S. Wyman, op.cité, p.423).

[ 58 ] Saul Friedlander - Kurt Gerstein o la ambigüedad del bien - p.138.

[ 59 ] ibid.

[ 60 ] del otro lado del Atlántico, Francia, algunos años antes, había vivido las mismas presiones. "este papel de los Judíos extranjeros en Francia" preocupa "incluso a los Judíos franceses:" Emmanuel Berl lo acusa lo también estos extranjeros que promueva la guerra… "(el Sr. Ferro - Pétain, p.239)."

[ 61 ] Léonard Dinnerstein - Antisemitism en América, p.129.

En esta misma obra, el autor tiene en cuenta la evolución de las mentalidades y destaca que en 1986, mientras que los Judíos so'lo componían un 3% de la población, contaban un 13% del "executives" de menos de 40 años (ibid, p.256).

[ 62 ] Enrique-C$la Haya - el gran eclipse franco-americano.

[ 63 ] Y. H. Nouailhat - los Estados Unidos 1898-1933 - la llegada de una potencia mundial, p.338.

[ 64 ] Stéphane Comercial - Le Figaro, 16-17 de abril de 1994.

[ 65 ] ibid.

"La población judía no es menos importante:" en 1939, sobre 16.643.120 Judíos en el mundo, los Estados Unidos y el Canadá contaban 4.965.620, esté cerca de un tercero. En 1947, sobre una población judía mundial disminuida de alrededor de un 30%, los mismos países apenas contaban 5.176.500, es decir, más del aumento natural, pero cerca de la mitad "(la documentación francesa - Documentos sobre la vida social en los Estados Unidos - n° 1404,.17 de noviembre de 1950, p.81)."

[ 66 ] N. Gun - los secretos de los archivos americanos - Pétain, Laval y de Gaulle, p.77.

[ 67 ] ibid.

[ 68 ] G. C$enrique- La Haya - el gran eclipse franco-americano, p.274.

[ 69 ] N. Gun - op.cité y recordado por Henri de Foucaucourt en Nacimiento del mito gaulliste, p.182.

[ 70 ] David S. WYMAN – op.cité – Conclusión.

[ 71 ] Raymond Aron - Memorias, p.18.

[ 72 ] Pinckney Tuck, encargado de negocios americano en Vichy.

[ 73 ] Foreign relaciones, 1942, volumen II, p.712 - Mensaje con fecha de 11 de septiembre de 1942, de Tuck al Secretario de Estado americano - Traducción del autor.

[ 74 ] en una carta del 16 de diciembre de 1941 dirigida a Roosevelt, Churchill prevé la invasión por los Alemanes de la totalidad de Francia que "controlarán, como territorio ocupado", y comentado: "no parece que las condiciones de vida de la zona ocupada y no ocupada sean realmente diferentes". Lengua que no tiene en cuenta ninguna el problema judío, y del refugio que será, para los Franceses judíos, la existencia de la zona Meridional.

[ 75 ] Internacional conferencia él military trials, pp.11-12. Esta declaración es consolidada por el hecho de que a la conferencia de Teherán (28 de noviembre de 1943 - 2 de diciembre de 1943), el tres Grandes mencionarán las sanciones que deben aplicarse a los criminales de guerra alemanes, pero no dirán nada sobre el genocidio judío. (Elliott Roosevelt - Mi padre me dijo, p.225). La conferencia de Bermudas, en la primavera 1943, ya había sido el triste ejemplo de la indiferencia del Angloamericanos respecto al problema de los refugiados que piensan solucionar por la victoria. Argumento que destaca la responsabilidad de los Aliados de Francia que no supo, después de la Primera Guerra Mundial, mantener una política de paz cuya su "alianza" y sus ejércitos habrían sido los garantes.

[ 76 ] supra, devolución 12

[ 77 ] Nota del 30 de septiembre de 1942 de la Legación de Suiza en Francia.

[ 78 ] Hilberg, op.cité, p.555.

[ 79 ] Nueva historia de Suiza y los Suizos, Payot, p.695.

[ 80 ] ibid, p.759.

[ 81 ] Sean MacBride, Presidente fundador de Amnistía Internacional.

[ 82 ] David S. WYMAN – op.cité – Conclusión.

[ 83 ] sin embargo, entre las autoridades religiosas, el Consistoire central de los Israelíes de Francia, dirección, el 25 de agosto de 1942, una protesta solemne contra la deportación de los Judíos extranjeros. Afirma, en particular, no tener "ninguna duda sobre la suerte final que espera a los deportados, después de que habrán sufrido a un terrible martirio". Y recuerda, a este respecto, el mensaje del Führer de 24 de febrero de 1942: "Mi profecía según la cual, durante esta guerra, no será la humanidad aria que se destruirá, pero los Judíos que se exterminará, se realizarán." Qué que nos aporta la batalla y cualquiera que sea la duración, tal será el resultado final "." Este mensaje se refería a su discurso, el 30 de enero de 1939, al Reichstag: "si los financieros judíos internacionales debían aún llegar a hundir las naciones en una Guerra Mundial, resultaría la destrucción de la raza judía en toda Europa". Era una profecía, tenía dice, y la repitió cinco veces a viva voz en ocasiones públicas. (William L. Shirer - el IIIè Reich, volumen II, p.336).

[ 84 ] H. Amouroux - no se vuelve aún la página, p.98. Annette Wieworka, en su obra Deportación y genocidio, destaca que ningún de los aliados beligerantes "previo o no preverá equipos especiales encargados ni siquiera liberar los campos, después del Struthof, Auschwitz, Ohrdruf, Buchenwald o Bergen-Belsen" (p..78) Falta que constituye una prueba tangible de la sorpresa que causa el descubrimiento de los campos de exterminio. (NDLA)

[ 85 ] hay que tener en cuenta que los gigantescos medios logísticos de los ejércitos de Dwight Eisenhower no implican servicios médicos susceptibles de ayudar sin demora deportados liberados, pero al límite máximo de la muerte. Esta falta es imputable menos a la indiferencia respecto a la suerte de los deportados que a la ignorancia de la forma en que éstos, cualquiera que fue su raza o su religión, se trataban. ¿Cómo explicar diferentemente el hecho de que el US Fuerza aérea - tal como ocurre con el Real Fuerza aérea - no emprendió ninguna operación destinada a destruir los ferrocarriles que conducen a Auschwitz y a los otros campos de la muerte? Fue así mismo para la Resistencia que no atacó nunca las vías que conducen a Drancy o yendo.

[ 86 ] rumores circulaban en algunos medios alemanes. Ernst Jünger informa, en su Primer Diario parisiense, de una conversación celebrada en Ucrania, a la Noche Vieja 1942: "El general Müller nos hizo el relato de los numerosos delitos a los cuales se suministraron los Servicios de seguridad, después de la toma de Kiev." Se mencionan también, una vez más, los túneles a gas donde penetraron trenes encargados de Judíos. Son allí rumores, que tengo en cuenta como tales; pero asesinatos sobre una gran escala deben seguramente cometerse "."

Albert Speer reconoce una conversación tenida, al verano 1944, con uno de sus amigos, Karl Hanke, gaule de Baja Silesia, que le había pedido "nunca no aceptar una invitación que debe visitarse un campo de concentración en el Gau de Alta Silesia (…) él había visto allí un espectáculo que no tenía el derecho a describir y que no era tampoco capaz de describir" (Speer - en el centro del IIIè Reich, p.529).

[ 87 ] René Rémond - Prólogo de la obra de Asher Cohen: Persecuciones y rescates.

[ 88 ] Entrevista Claude Lévi-Strauss, Le Figaro, 22-23.7.89.

[ 89 ] Raymond Aron - Memorias - p.176.

[ 90 ] Poliakov - el reverso del destino, p.36.

[ 91 ] Jacques Chancel, declaración a De radioCortesía, el 11.12.89. Libre Diario de Jean Ferré.

Weygand que, en calidad de Delegado en África el Septentrional, contribuye a proteger a los 400.000 Judíos había, era, él también, tanto menos de antisé que se había elevado por un Judío. En un almuerzo donde médisait de los Judíos, se había elaborado: "fui elevado por un Judío y no admito que se calumnia de los Judíos ante mi" (Bernard Destremau - Weygand, p.669).

[ 92 ] André Frossard, disculpan ser Francés, pp.68.69. Hay que señalar que Se desplaza a Pétain cuatro días después de Frossard.

[ 93 ] Jean Borotra, prólogo de la obra de J. el Groignec, Pétain, gloria y sacrificio.

[ 94 ] Traducción.

[ 95 ] Albert Chambon - cuando Francia estaba ocupada, Ediciones C$francia- Imperio, pp.43.44.

[ 96 ] J.M. Varaut - Le procès Pétain, p.465.

[ 97 ] existe, sobre esta cuestión, otros testimonios de valor incuestionable por la calidad de sus autores. Tal el de Léon Poliakov que, hablando de los campos de exterminio y de las cámaras de gas, declara: "no hay hasta a la primavera 1945, al descubrimiento de los campos de la muerte" (Entrevista - Le Figaro, 17 de mayo de 1990).

Se permanece no obstante sorprendido del silencio de los hombres políticos y de las "grandes firmas" que sin embargo "saben que no sabían", sino que no se atreven la declaración. Como si temían el terrorismo del prêt-à-penser. Tal comportamiento dudoso sirve la causa de la historia malévola, privando la historia muy pista de sus testimonios.

[ 98 ] Helmut Knochen, condenado a muerte en 1954, gracié en 1958, liberado en 1962.

[ 99 ] Hilberg, op.cité, p.549.

[ 100 ] General Karl Oberg, suministrado a Francia en 1945, condenado a muerte en 1954, gracié en 1958 y liberado en 1963.

[ 101 ] Hilberg, op.cité, p.549.

[ 102 ] el pleito Laval, ED C$francia- Imperio, p.120.

En un acta del 1 de julio de 1942, Dannecker destaca "la actitud vacilante y a menudo hostil de los representantes del Gobierno franceses y las autoridades respecto a la solución de los problemas judíos". Las dificultades inherentes al respeto del derecho de asilo en un país bajo el manojo son tan evidentes que la facilidad con la cual este derecho se rechazó por países libres y "democráticos" a los Rusos del ejército Vlassov y a los fieles harkis suministrados a sus verdugos, mientras que se los sabía dedicados clara a una muerte.

[ 103 ] Hilberg, op.cité, p.523.

[ 104 ] Pleito del Mariscal, DO, p.300.

[ 105 ] Klarsfeld - Vichy-Auschwitz, p.121.

[ 106 ] Pleito de Xavier Vallat, audiencia del 5 de diciembre de 1947. en su acta de 18 de julio de 1942, relativo a las incursiones de 16 y 17 de julio, Röthke se dice convencido de que "funcionarios de la policía francesa, en varios casos, habrían informado sobre las incursiones proyectadas a las personas quienes debían detener…".

[ 107 ] nadie puede dudar que, si había informado a los ferroviarios del destino de los convoyes que arrastraba su red, se negaran a conducirlos o intentaran detenerlos con la determinación y el valor de los que hicieron prueba, en 1944, combatiendo los transportes por hierro del Wehrmacht.

[ 108 ] Robert Aron - Historia de Vichy, p.528.

[ 109 ] Extracto citado, supra, devolución 83.

[ 110 ] Foreign relaciones, 1942, volumen II, p.710.

[ 111 ] Testimonio ocultado por la historia hémiplégique que se guarda bien indicar la existencia.

[ 112 ] René Rémond - introduzca citada.

el estados francés *** el pleito
sumario